El testimonio «Duelo silencioso», de Hiliana Alejandrina Turcios, es un episodio que comenzó en 2014 que le cambió la perspectiva de la vida; a la vez que la hizo más humana y le permitió conectar con sus pares mujeres para siempre.
¿Por qué se llama «Duelo silencioso»? «Es un duelo que las mujeres y sus parejas llevan de por vida, y silencioso porque nadie habla del tema. Recién la pérdida, te acompañan, pero con el pasar del tiempo y al seguir hablando la gente ya no le toma importancia, son pocas las mujeres que tienen la empatía, solo las que lo han pasado. A mí me cuenta alguien que perdió un bebé y me pongo a llorar, pero aún es un tema tabú hablar de las pérdidas gestacionales involuntarias. Te obligan a callar y no hablar del tema», comparte.
Hiliana decidió no tener más hijos desde hace años. Incluso antes de quedar embarazada porque falló su método: el dispositivo intrauterino (diu). Incluso, cuando el doctor le dijo que no estaba embarazada, pero no le hizo una prueba.
Cuando Hiliana se dio cuenta de que pese a la negativa del doctor su cuerpo estaba cambiando, se hizo un examen privado y confirmó la sospecha: estaba embarazada y tenía en su cuerpo el dispositivo. Corrió al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), no encontró a quien le dijo que no se preocupara que su retraso quizás era premenopausia. Allí empezó, sin saberlo, a escribir el testimonio con el que ganó los Juegos Florales de Ahuachapán 2020.
Todo fue muy rápido. En cuestión de dos meses, Hiliana tenía sangrado y no podían extraerle el diu. «La segunda doctora que me atendió y confirmó la noticia me dijo: mire, este embarazo tiene 50 % de posibilidades de llegar a buen término o 50 % de ser un aborto», comenta.
A los días presentó otro sangrado. Tuvo reposo, volvió a pasar y finalmente, sin saberlo, rompió la fuente. Llegó al hospital, era domingo y estaba vacío, el doctor de turno llegó cuatro horas después.
Su bebé no tuvo las condiciones necesarias para seguir creciendo en su cuerpo. Le dijeron que era un aborto inevitable.
Esperó, le negaron una ultra para confirmar. Fue tratada de manera hostil por solicitar una ultra, no tuvo la atención necesaria y sin darse cuenta su bebé salió de su cuerpo mientras ella pensaba que estaba expulsando sus desechos y no tuvo oportunidad de decirle adiós al cuerpo de su bebé, todo en medio de un ambiente de violencia obstétrica.
Hiliana, actriz de profesión, decidió apoyarse en las artes y las letras para sanar la experiencia. Primero, hizo estatuismo en la Plaza de la Salud, luego tomó unos apuntes de esos días en el hospital, una especie de bitácora, y escribió su experiencia. Aquel primer texto lo mandó a concursar en 2017, pero no ganó hasta el año pasado, cuando después de volverlo a pulir, lo sometió nuevamente al certamen.
Escribir su experiencia y hacer estatuismo con un bebé en brazos le ha permitido hablar por muchas madres, tenderles un puente para compartir lo vivido y poner en la mesa el tema de la violencia obstétrica.
Ahora su meta es convertirlo en un texto teatral y ponerlo en escena para mantener vivo el mensaje y el sentimiento que plasmó en aquella estatua: «Te llevo en mi corazón, en vez de mis brazos. En honor a los bebés que nacieron dormidos. Madre, no estás sola».