En 2018 recuerdo que Ernesto Allwood, para ese entonces directivo de Alianza, ahora en el comité ejecutivo de la Federación Salvadoreña de Fútbol (Fesfut), aseguraba que la formación de jugadores no era un negocio para los equipos salvadoreños. Y no estoy de acuerdo. Que las condiciones económicas de los equipos no son buenas es cierto, y eso limita el trabajo del fútbol base. Pero se trata de invertir, hacer un esfuerzo y luego se verán los resultados. Pero tampoco es de la noche a la mañana.
Traigo esto a cuenta porque la semana pasada hubo un hecho penoso y uno para analizar a profundidad, tomarlo en serio y rectificar, ambos en el fútbol femenino, que no está tan alejado de la realidad que viven las reservas. El primero es que las chicas del equipo femenino de Club Deportivo Águila no comparecieron a la cancha del estadio Charlaix para jugar contra Santa Tecla por la segunda fecha del Clausura 2021.
Esto fue una protesta de las jugadoras migueleñas, ya que hicieron peticiones a la directiva y no fueron escuchadas. Pedían condiciones mínimas, pero todo cayó en saco roto y, por eso, a modo de protesta, no se presentaron a la cancha. Perdieron los tres puntos y cada una de las futbolistas fue castigada con una multa económica de $25.
Aldo Medina, colaborador de la sección deportiva de «Diario El Salvador», conversó con una de las jugadoras de Águila, y le dijo: «La protesta fue por la falta de apoyo en general. Para la institución, el equipo femenino es tomado nada más como un requisito y no como una prioridad, una meta o un objetivo por el cual competir. No pedimos salario, pedimos lo justo para poder jugar con las condiciones necesarias». Después de leer esto, es sencillo entender que lo hacen por amor al fútbol.
El periodista Christian Peñate habló con Rodinei Martins, exjugador de Águila y exdirector deportivo del equipo emplumado, y dio más detalles de que las chicas no son tomadas en serio: «Para la junta directiva de Águila es un estorbo tener equipo femenino. Vino un dinero de FIFA que no se ha pasado para ellas». Y es cierto, la FIFA otorgó a las federaciones de todo el mundo medio millón de dólares para que se reactivara el fútbol femenino. En el caso de El Salvador se repartieron $20,000 a cada equipo de la primera división. ¿Dónde está ese dinero? ¿Por qué no lo invirtieron, al menos, para que el equipo de las chicas viaje en un autobús decente a sus partidos, como lo hace el primer equipo masculino? En este periódico se publicó una foto del equipo femenino de Águila en condiciones lamentables cuando se dirigía a un partido. Luego no se les puede exigir nada. Aunque no creo que lo hagan porque parece que no les interesa.
Luego está la selección nacional femenina mayor. La semana pasada jugó dos partidos contra Nicaragua en el país. Pero el fútbol nica no es el de antes, ni siquiera en esta rama. Vinieron a El Salvador y nos ganaron dos veces. Sí, Nicaragua nos ganó dos veces. Nos empezamos a preparar solo unos días antes y ojalá esto mejore, pero siendo sincero, creo que se avecina un nuevo fracaso, no por ellas, sino por los de pantalones largos.
En todo esto también tenemos que colaborar nosotros, los medios. Nuestra parte se puede hacer, en principio, dando difusión en nuestros espacios. Desde esta Redacción se hace y se seguirá haciendo. Debemos darle valor a nuestro fútbol femenino y ojalá podamos ver a más de ellas en ligas importantes y dando alegrías a nuestro país.