Las autoridades de Estados Unidos cerraron el viernes 10 de marzo el Silicon Valley Bank (SVB) para proteger los depósitos de sus clientes. El banco, que trabajaba con el sector tecnológico desde la década de 1980, quedó sorpresivamente escaso de liquidez, y su caída provocó un efecto dominó en el sector financiero de ese país.
En menos de tres días, las reguladoras de EE. UU. también cerraron el Signature Bank, con sede en Nueva York; además, el jueves 16 de marzo, el First Republic también se ubicó en el centro de la tormenta, ya que sus acciones sufrieron una caída de 36 % en Wall Street; mientras tanto, en Europa, el Credit Suisse sufrió en la misma semana espectaculares desplomes en la bolsa.
Por otro lado, la calificadora Moody’s Investors rebajó el martes 14 de marzo la perspectiva de riesgo para todo el sistema bancario estadounidense, cambiándola de estable a negativa, argumentando que esta refleja el rápido deterioro en el entorno operativo luego de las retiradas de los depósitos de las firmas que luego quebraron.
Tras la tormenta financiera, los economistas de «The Wall Street Journal» advirtieron este fin de semana que 186 bancos de Estados Unidos podrían colapsar la semana entrante, con miras a la destrucción acelerada del dólar inflacionario.
Los analistas advirtieron, además, los riesgos de mantener dinero en los bancos de EE. UU. y aseguran que muchas personas están moviendo sus dólares a bitcoines, como refugio.
Pero ¿cómo llegó a esta situación el sistema financiero de la primera economía del mundo?
Aunque esta nueva crisis bancaria se agravó con la quiebra del Silicon Valley Bank, empresa financiera ligada al mundo tecnológico, la presión en las instituciones que manejan activos inició con la brusca subida de tasas de interés en Estados Unidos.

Como muchos otros bancos, el Silicon Valley Bank (SVB) invirtió miles de millones en bonos del Tesoro de EE. UU. durante la época de los tipos de interés cercanos a cero.
Lo que parecía una apuesta segura se vino abajo rápidamente cuando la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) incrementó fuertemente las tasas para controlar la inflación, y cuando estas suben, los precios de los bonos caen.
El SVB vendió muchos de sus valores con pérdidas y anunció que vendería $2,250 millones en nuevas acciones para subsanar sus finanzas. Ese comunicado desató el pánico entre los clientes —la mayoría eran empresas tecnológicas—, que retiraron su dinero en masa.
No obstante, el anuncio alarmante de la empresa no fue lo único que influyó en la retirada de depósitos. Los ajustes al alza por parte de la Fed hicieron que se elevara el costo de los préstamos, lo que obligó a las firmas de tecnología —un ramo muy dependiente del financiamiento para crecer— a destinar más efectivo al pago de deuda, ya que además tenían dificultades para conseguir nuevos fondos de capital de riesgo.
Golpeados por este caso, muchos bancos de mediano porte o regionales sufrieron el viernes, en medio de la desconfianza de los inversores. Entre ellos, el Signature Bank y el First Republic.
Efectos inmediatos
Para Exor Latinoamérica, una firma de servicios financieros, el impacto del cierre del Silicon Valley Bank ha sido «un duro golpe para el sistema bancario de Estados Unidos», ya que se generó pánico entre los depositantes, y ahora se teme un efecto dominó en otras entidades.
«Fuertes caídas en la cotización de acciones del sistema financiero tanto dentro como fuera de Estados Unidos han sido una de las principales consecuencias causadas por la caída de Silicon Valley Bank. En Europa, bancos como el Santander de España perdieron un 5 % de su valor en acciones luego de correrse la noticia de quiebra, y el Credit Suisse se desplomó en un 30 %», señaló.

Los analistas de la compañía comentaron a «Diario El Salvador» que la caída en las acciones del Credit Suisse representa una grave amenaza para la salud del sistema financiero mundial.
Justo ayer, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, y el presidente de la Reserva Federal (Fed, banco central), Jerome Powell, celebraron que UBS, el mayor banco de Suiza, anunció el acuerdo de compra del banco Credit Suisse por $3,200 millones, en un intento de restaurar la confianza tras varios días de tormenta en los mercados mundiales.
Medidas de auxilio
Los bancos centrales de Estados Unidos, Suiza y otros países anunciaron ayer una acción coordinada para mejorar el acceso a liquidez y tranquilizar así a los mercados en plena crisis de confianza.
Hasta el jueves 16 de marzo, la Fed había prestado $12,000 millones a los bancos de EE. UU. desde ayer, cuando anunció que pondría a disposición los fondos necesarios para cubrir cualquier retiro de parte de clientes del sistema bancario.
Asimismo, 11 bancos estadounidenses, entre ellos Bank of America, Citigroup y JPMorgan, aceptaron colocar $30,000 millones en depósitos en First Republic para evitar su eventual quiebra.
Esta medida detendría de inmediato el éxodo de clientes de los bancos más pequeños y reduciría el riesgo de otras quiebras, argumentó la Mid-Size Bank Coalition of America en una carta a las autoridades