En los últimos años, sobre todo tras el impacto de la pandemia por la COVID-19 en la sociedad, la tecnología ha pasado a ocupar un lugar mucho más privilegiado en el desarrollo de nuestras actividades cotidianas, incluyendo entre ellas a todo lo relativo al espacio laboral. Situaciones como el teletrabajo o la digitalización del comercio y los servicios, ahora, son una realidad más frecuente en nuestras vidas.
Por ello, ante este nuevo escenario que se plantea en la sociedad, el ecosistema empresarial ha iniciado también un camino hacia una digitalización mucho más profundo y consolidada. Para Daniel Verswyvel, gerente general de Microsoft Centroamérica y Caribe, el reto de 2023 para los líderes empresariales es enfrentar un clima global económico incierto, con la posibilidad de consolidar la digitalización de los ecosistemas empresariales.
«De acuerdo con el último reporte regional del Fondo Monetario International (FMI) se estima que los niveles de inflación en la región se mantengan cerca del 9.5% para finales del 2023, y a eso se le suman un sin número de factores externos que son impredecibles», señala Verswyvel, por lo que, en este escenario, plantea tres vías para lograr una mayor digitalización empresarial, las cuales pueden abarcar a todo tipo de comercios, desde los más pequeños hasta las macro corporaciones.

Herramientas con base a Inteligencia Artificial
Una de estas vías es la adopción de herramientas que se basen en la inteligencia artificial, con el fin de obtener un trabajo más productivo, creativo y fluido, con el mínimo de desgaste del personal. En ese aspecto también es clave señalar cómo herramientas como el almacenamiento de datos en la nube han jugado un papel importante para facilitar el trabajo en todas sus modalidades: tanto presencial como desde casa.
«La eficiencia por excelencia: realizar más trabajo haciendo menos esfuerzo, es una premisa potente en cualquier industria. Y es precisamente eso lo que hoy permite la inteligencia artificial. Un ejemplo está en la industria de servicios financieros, donde la combinación de uso de cómputo en la nube, datos, analítica avanzada y aprendizaje de máquina permite identificar tendencias y patrones, ayudando a mapear riesgos para instituciones financieras», señala Verswyvel.
«Existen empresas que ya usando esta tecnología pueden correr millones de cálculos en un instante, han acelerado los tiempos de cálculo por 100 por ciento, ahorrando 40 por ciento en costos de infraestructura, obteniendo escala casi infinita en minutos. Esto significa que pueden tener más capital a la mano, y los empleados pueden tomar decisiones más ágiles e informadas para sus clientes», añade.

Confianza cero: mayor rigurosidad en ciberseguridad
En este punto, el experto enfatiza en que, ante un comercio más digitalizado, las medidas de seguridad digital también deben reforzarse, partiendo de un principio de «Confianza Cero», es decir, trabajar la ciberseguridad sin asumir riesgos ni pretender que no hay riesgo de amenaza.
«La ciberseguridad es un entorno que ha cambiado y se ha complejizado considerablemente desde el 2020. En el último año, hemos tenido un incremento de 230% de ataques de password spray (un tipo de ataque de fuerza bruta en el cual un atacante prueba la misma contraseña en varias cuentas antes de avanzar a otras y repetir el proceso), y datos confirman que el 91% de todos los ciberataques comienzan a través del correo electrónico», remarca.
En este sentido, Verswyvel destaca medidas como los sistemas de autenticación en dos pasos o autenticación multifactorial (MFA), el cual permite generar niveles de protección para todo inicio de sesión en cualquier sistema. «Cuando se accede a una cuenta o aplicación, los usuarios deben pasar por una verificación de identidad adicional; por ejemplo, tienen que escanear su huella digital o especificar un código que reciben en su teléfono», detalla.
Una digitalización en favor de la fuerza laboral
Finalmente, el experto señala que la digitalización no debe reñir con la fuerza laboral de una empresa, sino al contrario, debe diseñarse para facilitar procesos y volver menos sobrecargado el ritmo de trabajo. «La verdadera ventaja competitiva ante este dinámico ambiente económico está en ayudar a los empleados a brillar y prosperar», destaca.
«El reto está en pensar en un nuevo enfoque para crear una cultura que cumpla con las necesidades de una fuerza laboral que está conectada digitalmente, pero dispersa físicamente», es decir, sin la necesidad de anclarse a un espacio físico o de depender de material que condicione la eficiencia laboral.
«Cuando vemos los datos de nuestros recientes estudios, identificamos que existe una desconexión entre los líderes que dicen tener plena confianza que sus equipos son productivos (12%) y los empleados que dicen que están siendo productivos en el trabajo (87%)», explica.
«Ahora más que nunca, los líderes empresariales deben balancear los intereses de los empleados con el éxito de la organización, alineando para que todos realicen el trabajo que cause el mayor impacto. Por ello, medir el impacto real de los empleados, puede dar fin a la paranoia de la productividad, y traer un cambio de cultura en las empresas», añade.
Todos estos aspectos, combinados, pueden implementarse en empresas de cualquier nivel, entendiendo que cada comercio adoptará estas medidas a partir de su realidad y del servicio que prestan, pero siempre proyectándose hacia una sana digitalización del entorno.
