Un grupo de personas que se dedican a brindar servicios de transporte para mercaderías en tricicletas y mototaxis en la frontera El Amatillo, de Pasaquina, en La Unión, cerraron ayer por la mañana el paso migratorio de personas entre El Salvador y Honduras, en el sector del puente sobre el río Goascorán.
La medida se realizó por el descontento que ha generado en ese sector, la implementación de una disposición por parte del personal de la División de Seguridad Fronteriza de la Policía Nacional Civil [PNC] que se encuentra asignada en esa frontera, quienes les están exigiendo la presentación de una factura de exportación por las mercaderías que ellos trasladan de El Salvador a Honduras.
Según el grupo de transportistas, las mercaderías que ellos movilizan en esa frontera forman parte del comercio menor, pues no superan los $500 y por lo tanto no están sujetas al pago de impuestos a través del formulario de exportación. Además, afirman que todas las mercaderías que transportan están respaldadas con las respectivas facturas de consumidor final, único requisito que deben cumplir.
«El administrador de Aduanas nos ha dicho que es suficiente con la factura de consumidor final para pasar la frontera, pero el jefe de la policía dice que no. Y no es justo que tengamos que ir a pagar una factura de exportación por una cantidad de mercadería de $103 y solo por eso ir a pagar impuestos por más de $200», afirmó Vladimir Díaz, transportistas.
Cerca del mediodía algunos agentes policiales destacados en la frontera trataron de sostener una reunión con el grupo de personas descontentos, pero el intento fue en vano, sin embargo, después del mediodía fue levantado el cierre.
Por su parte, la jefatura policial asignada a la seguridad de la frontera aseguró que estas mercaderías que transportan dichas personas son con fines comerciales y por lo tanto deben cancelar los respectivos impuestos.
«Actualmente no están presentando la factura que le corresponde presentar a las personas que se dedican al comercio en grandes cantidades, porque hay que diferenciar lo que se llama comercio trasfronterizo y eso es por ejemplo la compra de dos camisas de una persona de nacionalidad hondureña para su uso, que en ese caso es entendible que no es para la comercialización en territorio hondureño», aseguró el oficial de la PNC asignado a la frontera.