En horas de la madrugada del 4 de noviembre, el presidente Donald Trump salió a pronunciar un discurso con aire triunfalista, señalando que se prepara para una «celebrar una victoria» que le garantizaría un segundo período como presidente de Estados Unidos.
«Millones y millones de personas votaron por nosotros hoy. Quiero agradecer al pueblo estadounidense por su tremendo respaldo. Quiero agradecer a la Primera Dama, a toda mi familia, al vicepresidente Pence, a todos ustedes», dijo un efusivo Trump desde la Casa Blanca.
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Trump señaló que «los ciudadanos han salido en cifras récord para apoyar nuestro movimiento». «Estamos ganando todo. Ganamos en estados que se supone que ganaríamos. Ganamos Florida y Ohio. Ganamos Texas por 700,000 votos. También estamos ganando Georgia», agregó.
Triunfalismo por Pensilvania y denuncias de fraude
El candidato republicano también señaló que «estamos ganando Pensilvania pro una cantidad muy alta». «Con 64% de los votos escrutados, va a ser casi imposible que (Biden) nos alcance. Estamos llegando a áreas de Pensilvania donde sabemos que les gusta este presidente”», agregó.
Trump aprovechó la oportunidad para hablar de fraude en las elecciones y denunciar que «hay personas que quieren dañarnos, pero no lo permitiremos». «Esto es un fraude para el pueblo estadounidense. Francamente, ganamos esta elección. Nuestra meta es garantizar la integridad del voto para el bien de esta nación», aseguró.
«Esto es un fraude importante. Queremos que la ley se utilice de una forma adecuada. Vamos a ir a la Corte Suprema de Estados Unidos», sentenció Trump, asegurando que, de no resultar ganador, llegaría hasta las últimas instancias legales para impugnar el resultado de una elección si no le favorece.