Esta práctica, que significa «discoteca funeraria» en swahili, tiene lugar a altas horas de la noche y en ella los hombres, a menudo tras haber consumido alcohol o drogas, pagan a mujeres jóvenes para que bailen. El dinero recaudado se utiliza después para los gastos del funeral.
Oenegés de defensa de los derechos humanos denunciaron estas fiestas, en las que a veces se registran actos no consentidos de prostitución y violencias sexuales.
«El disco matanga es un baile diabólico. (…) La policía y las fuerzas del orden recibieron instrucciones para garantizar que cese el disco matanga y que cualquiera que la organice sea detenido y procesado ante los tribunales», declaró Justine Kasule Lumumba, la ministra ugandesa de Asuntos Generales, a AFP.
Durante estas fiestas, «jóvenes son obligadas a bailar en el escenario con vestidos cortos y de forma seductora para atraer a los hombres y ayudar a recaudar dinero para los gastos funerarios. Estas actuaciones tienen lugar por la noche y se abusa sexualmente de las niñas», añadió.
En el este de Uganda, «registramos dos muertes relacionadas con los disco matanga: uno de una joven que fue violada en grupo y otro de un chico que murió durante un ataque cuando salía» de la fiesta, declaró un responsable local, Suleiman Walugembe Juuko.
La práctica es originaria de Kenia, que las prohibió en 2018.