El titular del Ministerio de Salud, Francisco Alabí, señaló esta mañana que el regreso a clases presenciales implica un aumento en el flujo de personas en espacios públicos y entornos privados, lo que a su vez significaba un riesgo de contagios masivos de COVID-19 en El Salvador, razón por la cual se tomó la decisión de frenar el regreso a las actividades educativas de forma presencial.
Según explicó Alabí, la carga viral que puede poseer un niño es alta y, a pesar de eso, no mostrar síntomas. «Un adulto puede presentar una carga viral limitada y presentar síntomas; un niño puede tener más del 100 % de carga viral y estar asintomático», señaló.
Alabí enfatizó que «son cerca de un millón de alumnos que asisten a diferentes centros educativos, lo que genera la activación de diferentes áreas que propician los contagios por COVID-19». «Con el regreso a clases, los niños se vuelven vehículos de transmisión, puede llevar el COVID-19 a casa donde tal vez viven personas de grupos de riesgo de contagio», agregó.
El funcionario dejó en claro que la decisión no fue algo tomado de último momento, sino que se ha ido considerando a partir del incremento de casos que se han registrado en El Salvador desde finales del año 2020.
«Los incrementos de casos, desde el 13 de diciembre, son un dato bastante alto respecto a lo que estábamos reportando y es ahí donde se recomienda la suspensión de clases presenciales», detalló el ministro.
Finalmente, el ministro Alabí señaló que «en El Salvador no hemos llegado nunca a la situación (de saturación hospitalaria) como la que estamos observando a nivel internacional con estos contagios por COVID-19», pero eso no implica que deba existir una relajación en la aplicación de protocolos y medidas de bioseguridad para evitar que continúe el alza de contagios.