El millonario Centro de Control del Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss), que contaba con una sala de monitoreo para controlar la operación de los autobuses, está bajo llave desde 2017 cuando la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia ordenó como medida provisional eliminar el carril exclusivo.
Subcontrataciones, anticipos inauditos y prórrogas no justificadas son algunas de las irregularidades que se han encontrado en el proyecto del Sitramss, aunado a ello el pago millonario que se hizo por el servicio de control de la terminal en Soyapango, sobre la Avenida Rosario Sur, que ha pasado a ser una galera.
Una «plataforma tecnológica especial» con operadores funcionando en tiempo real con los conductores y así gestionar la eficiencia de los buses era el objetivo de incorporar un Centro de Control de Operación y Gestión de la flota del Sitramss que costó $2,808,774.00.
Una fuente del VMT, quien quiso mantener el anonimato, confirmó a Diario El Salvador que dicho centro está bajo llave y es acceso restringido desde que el carril segregado y exclusivo para los buses del Sitramss desapareció.
«Desde que se pudo invadir el carril dejó de funcionar porque ya no tenía sentido controlar si los buses iban o no en el carril. Antes si un bus se salía o se alejaba mucho se generaba una alerta», contó la fuente.
El proyecto de control del Sitramss «tenía como premisa que iba funcionar, pero realmente no funcionó, es decir, que la capacidad que iba tener de aproximadamente 220 unidades que se iba a controlar desde ahí, el Sitramss solo llegó a poner en operación 37 unidades», dijo el Viceministro de Transporte, Saúl Castelar.
El funcionario explicó que para ese momento si se utilizó el centro de monitoreo para los 37 buses que operaban, pero confirmó que poco a poco «perdió razón de ser ese centro de control» por los dictámenes legales.
En 2017, la Sala optó como medida provisional habilitar el carril para todos los automovilistas y en 2019 resolvió que el uso exclusivo del Sitramss violentó el artículo 120 de la Constitución de la República que establece que «toda concesión que otorgue el Estado para la explotación de muelles, ferrocarriles, canales u otras obras materiales de uso público, deberán estipularse el plazo y las condiciones de dicha concesión, atendiendo a la naturaleza de la obra y el monto de las inversiones requeridas. Estas concesiones deberán ser sometidas al conocimiento de la Asamblea Legislativa para su aprobación».
El máximo tribunal de justicia señaló que el uso exclusivo del carril segregado debió pasar por una concesión hecha por la Asamblea Legislativa.
En 2014, el VMT dirigido por Nelson García licitó el proyecto de monitoreo y este fue adjudicado a la empresa chilena Sociedad Nacional de Procesamiento de Datos, S.A. que se abrevia Sonda, S.A.
«La empresa Sonda es la encargada de construir y adecuar a las necesidades la plataforma tecnológica que contemplará una bitácora diaria de la operación del sistema de transporte de forma minuciosa que permitirá que ésta sea lo más eficiente y efectiva», justificó el VMT.
El VMT implementó este proyecto del 1 de enero del 2013 al 30 de septiembre de 2017, y entre sus funciones estaba garantizar la seguridad en las estaciones, terminal y autobuses.
«Contará con una sala de monitoreo desde donde se controlará la operación de los autobuses articulados y los padrones vía fibra óptica y a través de tecnología satelital», dijeron las autoridades del VMT en 2016, cinco años después y al centro no se puede acceder porque «es zona restringida».
La terminal del Sitramss se construyó con $5.7 millones de dólares provenientes de un préstamo de $45 millones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dentro de esta inversión se incluyen los más de $2 millones para el centro de control.
UNA CONEXIÓN FALLIDA
En teoría, el centro de control tenía un software especial que ayudaba a mantener conectados los autobuses, estaciones y todos los componentes del Sitramss. Sin embargo, desde hace aproximadamente cuatro años que el centro está casi en abandono y sin operar.
Se intentó abordar esta problemática con las autoridades respectivas para consultar si el equipo está en mantenimiento o si se optará por darle otro destino, pero hasta el cierre de la nota no fue posible.