En búsqueda de una nueva aventura para conectar con la naturaleza y alejarme del bullicio de la ciudad, busqué un lugar donde podía relajarme y recargar energía con un clima frío. Por ello decidí visitar el Parque Nacional Montecristo, ubicado en Metapán, Santa Ana.
Este lugar forma parte de la Reserva de la Biósfera Transfronteriza Trifinio, siendo la primera área protegida en El Salvador. El sitio más alto del parque se encuentra en el Punto Trifinio, donde coinciden tres países: El Salvador, Honduras y Guatemala.
Montecristo se considera una microcuenca que abastece de agua a diversas regiones. Debido a su ubicación geográfica y su altura se da el fenómeno de la condensación de las nubes que vienen del Atlántico y de esa forma se vuelve posible la captación de agua.
CASCO COLONIAL
La primera estación para conocer es el Casco Colonial de la Hacienda San José Ingenio, que data de 1783. Fue construido con calicanto (mezcla de cal, arena, clara de huevo y liga de caulote) y, ahora, la infraestructura es Patrimonio Cultural del país.
Actualmente, funciona como centro interpretativo donde se conoce la historia a través de un pequeño museo donde se cuenta que por el año 1,500 llegaron por primera vez los españoles y descubrieron que en la zona había una reserva de minerales como oro, plata, cobre y hierro, los cuales se encontraban en la superficie para su explotación.
El museo también posee objetos antiguos que eran elaborados y utilizados en el lugar como remaches, aldabas de puertas, planchas, llaves, ganchos y otros. También, hay un espacio donde conservan animales disecados que habitaban en el bosque.
El nombre de hacienda se debe a que San José Ingenio era el patrono de los españoles que habitaron la hacienda. En el lugar, también se encuentra la imagen intacta del patrono que fue tratada con tintura de añil.
En la casa aún se conservan las lámparas que fueron instaladas por los españoles. Algo muy curioso es que sus antiguos habitantes colocaron en una de las paredes el año de construcción de la hacienda como una especie de código donde una cruz significa mil y siete pétalos que equivalen a 100 años cada uno y, finalmente, está el número 83.
Para esta zona del parque se necesitan un vehículo 4×4. Y quienes lo deseen, pueden disfrutar de las glorietas con mesas y cocinas. Hay un sendero para visitar una caída de agua con agua fría y cristalina.
Si tiene el vehículo adecuado para seguir con el recorrido dentro del parque encontrarás muchas áreas atractivas como las cabañas, la zona de acampar y el área de picnic, por supuesto, el Jardín de 100 años.
CABAÑAS
Desde la casa colonial debes conducir una hora para poder disfrutar de una estadía en alguna de las seis cabañas que se encuentran en la zona. Todas tienen dos cuartos y cada uno se ha equipado con un camarote y una cama matrimonial. También tienen sus respectivos baños y ducha.
Las cabañas cuentan con energía a partir de paneles solares. Enfrente de cada una hay mesas, sillas y un área para cocinar con leña por si deseas preparar tus alimentos. En la parte trasera hay suficiente espacio para colocar una tienda de campaña. Las dos opciones de hospedaje son de 12 horas para 8 personas a un precio de $25 y las 48 horas para 8 personas a $50.
ZONAS DE ACAMPAR Y PICNIC
Si quieres acampar también se encuentra un área donde los visitantes pueden reservar su plataforma. Para cada grupo se tiene a disposición una mesa y un espacio para cocinar con leña. Si no tienes tienda de campaña puedes alquilar en el lugar. También se cuenta con sanitarios y duchas.
Otro lugar para disfrutar es la zona de picnic donde se encuentran varias mesas y bancas para que los grupos se acomoden. El ingreso es de $3 por día con derecho a usar la zona de picnic. Aquí se puede ingresar desde las 7:30 de la mañana hasta las 3:30 de la tarde.
Si acampas en total cancelas $6 por dos días. La tarifa aplica para cualquier día de la semana, incluso en periodos festivos.
Otra actividad que puedes realizar es senderismo. Hay un recorrido que te lleva directo a unas pozas con agua que corre por el río San José.
Si eres de las personas que gusta de adrenalina puedes ir a la caminata del Punto Trifinio, donde se recorren 9 kilómetros ida y regreso. Este es el punto más alto del parque con bosque nebuloso. La duración es de unas tres horas. El recorrido tiene una exigencia física alta por las condiciones del terreno.
JARDÍN DE 100 AÑOS
Aquí hay una amplia vegetación propia del bosque nebuloso, incluyendo orquídeas.
Además, es un refugio natural y de anidación para aves, así como para diferentes animales que se llegan a alimentar. Entre las aves se observan guardabarrancos, quetzales, pavito gorjigris, entre otros.
El origen del nombre está relacionado con la orquídea «Ponera Pellita», la cual fue vista en el parque por Fritz Hamer (estudioso alemán residente en El Salvador) un siglo después de haber sido descubierta en Alemania.
Actualmente, el jardín cuenta con una colección de 123 especies de orquídeas. De acuerdo con la guardarrecursos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Idalma Aldana, estas son consideradas como un medidor de estado de salud de los ecosistemas, debido a que estas nacen y crecen en lugares donde se encuentran favorables condiciones de reproducción.
Lo más llamativo de este espacio es el árbol del amor. Las personas al verlo se toman un sinfín de fotografías con él, lo abrazan y piden un deseo.
Lo más sorprendente de este árbol es que pese a que le han caído rayos no se ha dañado. En este jardín los helechos arborescentes también son únicos, estas especies son consideradas un fósil viviente por ser de las más primitivas sobre la Tierra. El recorrido dura alrededor de 45 minutos.