Son las 7:03 de la mañana. El bus, contratado por la Banda de la Capital, una de las barras organizadas de Águila, empezó su trayecto desde el redondel de El Salvador del Mundo, que unos minutos más tarde será la sede para cortar el listón del inicio de las fiestas agustinas. Luego, en carretera tenían que venir las pausas para el abordaje de los hinchas que no llegaron hasta el punto de salida.
El destino final en camino de los hinchas de Águila es la «Cueva del Monstruo», el estadio Ricardo Saprissa Aymá, para poner garganta en cánticos a capella para alentar a los emplumados, este martes por la noche, ante Alajuelense, por la vuelta de fase previa de Liga Concacaf.
Todos en la expedición saben que no podrán tener los instrumentos, pero no es algo que les haga ruido o que les quite un sueño, que por los retrasos en las aduanas será corto.
El primer contratiempo del que se debe dar fe en este diario de viaje es la frontera del Amatillo, ya para ingresar a Honduras. Muchos, aunque pre chequearon, demoraron en su proceso de aduana con Honduras.
En la espera de los que están aún haciendo gestiones llega el momento para hidratarse. Ahí cada quien hace lo suyo. Muchos de los lugareños en El Amatillo les preguntan contra quién juegan. La repuesta, que es contra el Alajuelense costarricense, los deja tranquilos, porque su rival no es ninguno de los que tradicionales planteles catrachos: Olimpia, Marathon, Real España o Motagua.
Los hinchas del equipo emplumado, tras una logística encabezada por Paolo Batres, su líder, saltaron el charco. Superaron cada trámite migratorio y está noche estarán en la cancha del estadio Ricardo Saprissa para dejar su garganta, si es posible, a favor de Águila.
Sin pancartas, sin mantas, La Banda de la Capital solo puede poner su aliento verbal para Águila, que va por una victoria esta noche ante Alajuelense, que esta vez sí tendrá al mundialista Bryan Ruiz. El largo trayecto hasta Costa Rica no es un alto precio para los hinchas que contaron uno a uno los kilómetros hasta la Cueva del sol Monstruo, el Saprissa Aymá.