Tailandia lanzó este lunes una masiva campaña de vacunación contra covid-19, mientras intenta superar una tercera ola de contagios y se prepara para reabrir de a poco sus fronteras al turismo internacional.
El reino prevé inocular unos seis millones de vacunas durante junio, centrándose en un comienzo en Bangkok, donde empezó la tercera ola y la isla turística de Phuket.
La campaña tiene lugar en un contexto de duras críticas a la lentitud en la estrategia de vacunación por parte del gobierno y la inquietud sobre los suministros.
Hasta este lunes, se habilitaron 25 sitios de vacunación, algunos en centros comerciales y supermercados de la capital tailandesa, para vacunar hasta 70.000 personas diarias, en su mayoría con la de AstraZeneca, producida localmente.
Tailandia ha logrado mantener niveles muy bajos de infecciones durante 2020 gracias a restricciones draconianas a los viajes y al rápido aislamiento de casos positivos.
No obstante, un foco apareció el mes pasado en un distrito de vida nocturna de Bangkok, y el número total de casos ha aumentado de manera drástica hasta casi 180.000, y más de 1.200 muertes.
«Ellos (el gobierno) fueron tomados por sorpresa y no pudieron preparar ni planificar nada a tiempo, y también fueron negligentes», indicó a la AFP Off, de 37 años, tras recibir su vacuna en el centro comercial Siam Paragon, en Bangkok.
El sector turístico, clave en Tailandia, se ha visto muy damnificado por las estrictas restricciones a los viajes, así como por una cuarentena en hotel de dos semanas de duración obligatoria para todos los visitantes.
Los funcionarios esperan que esta campaña permita flexibilizar las restricciones de viajes en los próximos meses, comenzando con Phuket, en julio.
De acuerdo a un plan, que debe aún formalizarse en esta semana, los turistas vacunados por completo podrán permanecer en la isla y disfrutar de sus playas sin hacer cuarentena.