La tormenta tropical Sara dejó su huella en las fincas de café de Morazán tras su paso por el territorio salvadoreño, ya que causó afectaciones en el grano maduro que estaba a punto de cortarse para procesarlo.
En vista de esa situación climática registrada a mediados de noviembre, los caficultores de esa zona han previsto pérdidas de un 35 % de la producción que esperaban obtener en esta temporada, en la que ya se lleva a cabo la corta del grano, según las verificaciones de la Asociación Cooperativa de Café de la Sierra Lenca de Morazán (Acalem).
«Había una buena cantidad de café que estaba madurando, y cuando hay mucha agua ese café, que ya estaba maduro, puede soportar una o un par de tormentas y no pasa nada, pero con este fenómeno tuvimos ocho días en los que no alumbró el sol y llovió. Eso provocó que el grano se rajara y se cayera», dijo Mario Ventura, presidente de Acalem.
Las fincas más afectadas han sido aquellas situadas a menos de los 1,000 metros de altura o en áreas consideradas como bajío y media altura, pues fue donde se registró la mayor cantidad de lluvia y en las que hubo menos sol durante ese período.
Además de las afectaciones por las lluvias, los caficultores aseguraron que el frente frío que se registró días después de la tormenta tropical vino a complicar más la situación, lo que representará graves pérdidas económicas para el sector de la Sierra Lenca de Morazán.
«En un primer momento [con las lluvias] se calculaban pérdidas de un 15 % o 20 %, pero luego tuvimos un cambio drástico en el que un miércoles llovió y ya el viernes teníamos vientos y una temperatura bien baja. Entonces eso provocó que el grano que estaba pintado y que esperábamos que madurara no maduró, sino que se quemó», agregó Ventura.
Otro efecto que podría provocar dicho cambio climático en la producción de café es que el grano no alcance el alto estándar de calidad que los productores esperaban obtener en la cosecha de este año. Ante estas dificultades, los caficultores afirman que no hay nada que se pueda hacer para detener las afectaciones, y lo único que les quedará es asumir la pérdida, que se prevé que será cuantiosa.