La casa matriz de Instagram, Facebook, enfrenta una de sus crisis de reputación más graves desde que una denunciante filtró miles de documentos internos según los cuales ejecutivos de la empresa conocían del potencial dañino de sus sitios, provocando un renovado impulso en Estados Unidos para la regulación de la red social.
«Facebook, ahora Meta, no ha logrado proteger a los jóvenes en sus plataformas y en su lugar optó por ignorar o, en algunos casos, redoblar manipulaciones que representan una amenaza real para la salud física y mental: explotar a los niños en aras de obtener ganancias», dijo la fiscal general de Massachusetts, Maura Healey, en un comunicado.
La investigación tiene como objetivo «examinar escrupulosamente cómo esta empresa interactúa con los usuarios jóvenes, identificar cualquier práctica ilegal y poner fin a los abusos», precisó.
Está codirigida por representantes, demócratas y republicanos, de los estados de California, Florida, Kentucky, Massachusetts, Nebraska, Nueva Jersey, Tennessee y Vermont.
Los fiscales generales de Nueva York, Colorado y Texas también anunciaron su participación.
En mayo, los fiscales generales de 44 estados habían enviado una carta al CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, pidiéndole que abandonara su proyecto de crear una versión de Instagram para menores de 13 años.
Mencionaron investigaciones que muestran una correlación entre el uso de las redes sociales y el «aumento de la angustia psicológica y la conducta suicida entre los jóvenes».
El grupo abandonó su iniciativa en septiembre ante múltiples críticas.
Unas semanas después durante una audiencia dedicada al impacto de Facebook e Instagram en los usuarios jóvenes, la denunciante Frances Haugen criticó los métodos que hacen que los adolescentes usen Instagram en altas dosis, hasta el punto de que a menudo caen en formas de adicción.