Miguel Cruz, de 60 años, se dedica a la venta de agua en las calles del centro de San Salvador, labor que ha desempeñado durante décadas a pesar las adversidades que ha enfrentado.
Sin embargo, con la economía paralizada por la pandemia de la COVID-19, para cuidar de él mismo y de sus hijos, tuvo que quedarse en su casa y no pudo salir a vender, lo que le afectó mucho.
Un año y medio después de que fue detectado el virus en el país, una nueva oportunidad se le presentó para afrontar esta situación: Miguel recibió la primera dosis de la vacuna contra el virus durante una jornada extramural que se desarrolló en los alrededores del Teatro Nacional, en el centro de San Salvador.
«Yo había perdido mi DUI, por eso no me había vacunado. Pero vine y hablé con el doctor y constataron mi número de documento. Entonces me dijeron que sí me podía vacunar y me sentí alegre. Uno se puede morir por esto, pero para seguir viviendo más hay que vacunarse», comentó Cruz.
Debido a su trabajo, el vendedor está en constante riesgo de contagiarse con el virus; sin embargo, afirmó que al cumplir las medidas de bioseguridad y aplicarse las dos dosis de la vacuna puede trabajar con más confianza.
Miguel viaja todos los días desde Lourdes, Colón, municipio del departamento de La Libertad, para iniciar su venta de agua desde las 8 de la mañana. Afirma que recorre las diferentes calles del centro de la capital para ofrecer el producto.
«Yo venía a vender sin pensar que me iba a vacunar. Venía a ganarme la vida para sacar adelante a mi familia. Tengo tres hijos, los gemelos tienen ocho años y el otro tiene nueve», comentó.
Con nostalgia, mientras sostenía el algodón con alcohol sobre su brazo vacunado, relató que nunca aprendió a leer, ya que, a pesar de haber asistido un tiempo a la escuela, su madre ya no pudo apoyarlo para continuar sus estudios en su natal Jayaque.
«Fui [a la escuela], pero como mi mamá era bien pobrecita ya no seguí, mejor me dediqué a trabajar. Así que a los 10 años empecé a vender agua. Me vine [de Jayaque] con un amigo cuando aún estaba el parque Hula Hula, y por la gracia de Dios aquí sigo ganándome la vida vendiendo agua todos los días», manifestó.
Después de relatar su experiencia sobre el proceso de vacunación, invitó a la población que no se ha vacunado a aprovechar la oportunidad que el Gobierno del presidente Nayib Bukele ha puesto a disposición de los salvadoreños.
Al igual que Cruz, cientos de personas aprovecharon la jornada de vacunación extramural que el Ministerio de Salud (Minsal) desarrolló la semana pasada en los alrededores del Teatro Nacional y de la Plaza Morazán durante tres días consecutivos.
Hasta el viernes 13 de agosto se habían aplicado 5,143,912 dosis; de estas, 3,213,935 fueron primeras dosis y 1,929,977, segundas.
La estrategia de vacunación continúa a tal punto que se ha incrementado la población meta, la cual era en un inicio de 4.5 millones de salvadoreños y actualmente es de 5.5 millones.
Dicho aumento se debe a la incorporación de los jóvenes de entre 12 y 17 años y de las mujeres embarazadas. Además, las personas de grupos etarios anteriores que no han recibido la vacuna pueden hacerlo.
