Desde que tenía siete años, Cristian Salvador Ventura Membreño, de 28 años, comenzó a trabajar con su madre en el mercado de Osicala, en Morazán. Recuerda que vendían charamuscas y chocobananos, pero luego, al ver que la gente llegaba a preguntar si tenían refrescos, optaron por ingresar este nuevo producto a su oferta.
Todos los días, Ventura Membreño se subía a los buses a vender; sin embargo, debido a que quería superarse y ser profesional, dejó de hacerlo y comenzó a estudiar bachillerato.
«En bachillerato es todo el día que tenemos que estar en la escuela y ya no me quedaba tiempo de salir a vender. Luego estudié un técnico para profesorado en el ITCA y en eso que me salió trabajo en un banco y comencé a trabajar», contó el vendedor.
Añadió que posteriormente puso su renuncia en la agencia bancaria, ya le surgió la oportunidad de impartir clases en una escuela ubicada en el municipio de San Simón. «Cuando trabajaba inicié a estudiar la licenciatura en Inglés y hace poco me gradué.
Hoy tengo mi negocio acá de venta de frutas y verduras y gracias a Dios me va muy bien», expresó. Asimismo, el joven aseguró que en su pequeño negocio acepta que sus clientes le paguen con el bitcóin, por lo que destacó las oportunidades que representa para todos los comerciantes el uso de la criptomoneda y la billetera Chivo.
Para Cristian, implementar el pago de esta moneda virtual significa ir a la par de la tecnología y el progreso, además de que le permite dar más opciones de pago a sus clientes.
Ventura Membreño dijo que usar métodos tecnológicos no ha sido fácil, pero asegura que ha ido aprendiendo gracias a la facilidad que existe en la utilización de Chivo, y ahora se abre paso en una nueva forma de intercambio económico que puede traer beneficios a los salvadoreños.
«Mis clientes me pagan con bitcóin y si quiero voy al cajero a sacar el dinero, pero lo que más hago es pagar la gasolina, ya que me hacen un descuento y ya eso es ganancia, además de que hay algunos restaurantes que también hacen descuentos», manifestó.