La voluntad popular se expresa en el sufragio. Pero eso no basta para que los actores políticos contendientes respeten la decisión de las mayorías. Es un hecho que las votaciones se definen en las mesas, a la hora del conteo de las papeletas y en el momento de anular votos.
Los partidos tradicionales se hicieron expertos en apelar a tecnicismos para reducir la ventaja de los contendientes y aprovechar cualquier duda para sumar votos. Es una especie de mezcla de matonería política e interpretación a conveniencia de la ley para aprovecharse de la situación.
Así lo vimos el martes en la Junta Electoral Departamental (JED) de Cabañas, donde el representante de ARENA, Juan Carlos Eguizábal, intentó bloquear la inscripción de los candidatos de Nuevas Ideas. Eguizábal es asesor de la bancada legislativa de ARENA, es decir, es un funcionario público al servicio de un partido político.
Nuevas Ideas llega a la contienda como el favorito, según todas las encuestas, pero no tiene representación en la estructura formal de la organización de las elecciones. No tiene un delegado en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) porque no participó directamente en los comicios presidenciales de 2019.
La ley establece que los cinco magistrados del TSE provienen de propuestas de los tres partidos con mayor votación (GANA, ARENA y FMLN) y los otros dos son nombrados por la Corte Suprema de Justicia. La misma lógica se aplica en las JED y en las juntas electorales municipales (JEM), solo que aquí las primeras cuatro plazas están reservadas para los cuatro partidos más votados (GANA, ARENA, FMLN y PCN) y la quinta posición va a sorteo entre el resto de contendientes.
Es decir, los partidos que han estado allí desde siempre y han moldeado a su imagen y semejanza el funcionamiento del aparato electoral van con la ventaja estratégica frente al que carece de la experiencia y de las «mañas» que los demás tienen. Por lo tanto, la capacitación de la estructura de la defensa del voto es primordial para los nuevos partidos que competirán en las próximas elecciones (Nuevas Ideas y Nuestro Tiempo).
Así las cosas, la observación internacional es vital para garantizar que se respete la voluntad popular. Las elecciones se pueden ganar en las urnas y perderse en las mesas, sobre todo cuando vemos que la matonería podría ser un recurso de los políticos desesperados. Las alcaldías se pierden por un voto, y un voto a favor marca la diferencia en los residuos para ganar un diputado.