El Salvador dejó de ser conocido como el país más violento del mundo —con más homicidios que países en guerra abierta como Irak o Siria— a merced de las pandillas y por el conflicto armado que desangró durante más de una década a la nación y pasó a ser ahora un referente en seguridad pública, así como un paraíso para surfistas y para los amantes del buen café.
Todos estos hechos fueron descritos por el presidente Nayib Bukele durante su discurso ante la 77.ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Dicho sea de paso, este discurso es el más visto en la plataforma de CNN en Español, aunque la oposición se esmere en mostrar que a la hora de su alocución el hemiciclo de delegados estaba con mínima asistencia, pero frente a cámaras que llevaron sus palabras a todos los rincones del planeta. Es más, el presidente Bukele insistió que este formato —en el que los jefes de Estado y de Gobierno deben pararse en un podio y dar su discurso, de manera presencial— se ha quedado obsoleto dados los avances tecnológicos y las comunicaciones globales, que transmiten las palabras de todos los participantes.
Sin embargo, la presencia del presidente en Nueva York no ha pasado desapercibida, puesto que ha participado en entrevistas y ha contestado las preguntas de periodistas que esperaron que terminara su discurso. El periodista Carlson Tucker le preguntó durante su programa de entrevistas en vivo por Fox News por qué siendo El Salvador más seguro que la ciudad estadounidense de Baltimore no hay jefes de Estado que llamen al presidente para que explique cómo logró convertir a El Salvador en el país más seguro del continente.
Y las respuestas están ahí. Incluso las proclaman los voceros de la oposición, como Eugenio Chicas, exdiputado y dirigente del FMLN, además de haber fungido como presidente del Tribunal Supremo Electoral y secretario de Comunicaciones durante el Gobierno de Salvador Sánchez Cerén. Para Chicas, el FMLN y ARENA no pudieron resolver el problema de la inseguridad por «incapacidad».
Pero no se puede ser tan simplista. Tampoco hubo voluntad para enfrentar a las estructuras delincuenciales, sino que, por el contrario, ARENA y el FMLN se volvieron aliados y socios de los criminales.
Con la PNC y el Ejército ejecutando el Plan Control Territorial y respaldados por las medidas extraordinarias contenidas en el régimen de excepción, los ciudadanos han recuperado la tranquilidad. Y es tan evidente que desde afuera de las fronteras nacionales se nota el cambio.