Hay nombres que dejan huellas y son recordados por sus grandes gestas deportivas, nombres como Yamil Bukele en el básquetbol, Francisco Alvarado en la esgrima, Juanita Quiñónez en sóftbol, Jorge «Mágico» González en el fútbol y otros más que le han dado gloria a El Salvador. Cada uno, en su rama deportiva, demostró que el deporte competitivo de alto nivel sí es posible si contamos con la infraestructura y una organización deportiva eficiente, con federaciones que trabajen de manera cooperativa promoviendo los clubes en los municipios y centros escolares, lo cual hace posible formar y descubrir nuevos talentos.
El deporte, desde la antigüedad, siempre despertó pasiones. Aquella frase latina famosa «mens sana in corpore sano», o «mente sana en cuerpo sano», del escritor satírico romano Juvenal, destacaba la importancia del desarrollo físico por medio del deporte, aunque en esos tiempos la mayoría estaban orientados a fines militares, ya en la Grecia Antigua se empezaron a establecer las normas del deporte y se creó la antigua olimpiada de Delphi, dónde atletismo, salto, carrera de expedición, lanzamiento de disco y de jabalina se destacan por primera vez. En El Salvador, en sus inicios el deporte era para una élite social que lo practicaba, pero luego, con el aparecimiento de los clubes y la incorporación de la educación física en los centros escolares, se comienzan las fases de preparación más competitivas.
En los años ochenta y noventa se tuvieron logros muy importantes. En ese tiempo se formaban clubes y equipos en las diferentes ramas, y los campeonatos intercolegiales —los cuales eran incentivos para que los jóvenes se motivaran a competir— fueron viveros para las grandes selecciones que nos dieron satisfacciones en sus participaciones internacionales. ¿Quién no recuerda aquella selección de sóftbol capitaneada por Juanita Quiñónez, quien mucho le ha dado al deporte del sóftbol en la zona oriental, que fue campeona con la selección nacional en los Juegos Centroamericanos de 1982 y tuvo una exitosa participación en los Juegos Panamericanos y del Caribe en Perú ese mismo año?
La esgrima tuvo grandes representantes, como Francisco Alvarado, quien fue campeón nacional en florete, espada, y sable, de la mano de aquel gran entrenador italiano Giorgio Scarso, quienes llevaron a la esgrima a su más alto nivel de competencias, enfrentándose de igual a igual con potencias como EE. UU., México y Colombia en participaciones internacionales, lo que se dio en llamar la época dorada de la esgrima en El Salvador. Actualmente, Francisco Alvarado está formando nuevas generaciones como instructor de esgrima en el Indes.
Otro grande del deporte es Jorge «Mágico» González, quien ha llenado de éxitos las vitrinas del fútbol como su mayor representante a escala mundial. Son de sobra conocidas sus gestas deportivas en el Cádiz, de España; incluso Maradona llegó a decir que Jorge era el mejor futbolista del mundo.
En el básquetbol, Yamil Bukele se forjó todo un nombre de peso y una gran carrera en sus participaciones en la selección nacional, pero como dirigente deportivo está logrando hacer cosas diferentes, haciendo cambios disruptivos y profundos, promoviendo una ley que rescate el deporte del letargo en que ha caído, y así dignificar al atleta y darles un nivel más competitivo a todas las ramas del deporte.
Con credenciales como presidente de la Fesabal, vicepresidente de FIBA América y presidente «ad honorem» del Indes, se convierte en uno de los dirigentes deportivos más importantes de la historia de nuestro país, con el desafío de mejorar las infraestructuras y los espacios deportivos, y con el enorme reto de organizar los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe a celebrarse en El Salvador.