Si algo le sobra a Yuri Rodríguez son músculos, y sobre todo convicción, coraje y positivismo para encarar los retos serios y complicados que se presenten. Si los españoles saquearon América en tiempos de la conquista, hoy es el físicoculturista salvadoreño el que quiere conquistar España y regresar al país con ese oro convertido en medallas.
«Si Dios lo permite vamos a tener campeón mundial representando a El Salvador, y ahorita mismo lo estás entrevistando», dijo durante esta plática muy convencido de colgarse la medalla de oro durante el Mundial de Fisicoculturismo y Fitnes a celebrarse en tierras españolas del 5 al 8 de noviembre próximos.
Yuri comenzó a tallar formalmente su cuerpo, que le tienen como campeón continental, durante su tiempo de universitario, pero su carácter decidido se lo forjó desde que dio los primeros pasos entre la «bichada» del barrio Lourdes y en su tiempo en la cárcel a la que llegó producto de una riña callejera estudiantil.
Me contaba que recién terminó su jornada de preparación, ¿qué tal la rutina?
Hoy [24 de octubre] estuvo mejor que ayer. Ayer sí me morí.
¿Qué le mató tanto?
Fíjate que yo estoy entrenando sin carbohidratos y de repente me dan bajones de azúcar que no los puedo evitar. Ayer me tocó piernas, pero no es el hecho que tocara piernas sino que ya llevo 40 días sin carbohidratos.
Después de estas fuertes rutinas de ejercicio, ¿qué pasa por su mente, comida no creo?
No, no. nada que ver. Mañana [25 de octubre) comienzo la cuenta regresiva. Los últimos 10 días de entreno, estoy cada vez más cerca.
Para cerrar sus días, ¿qué come normalmente en las cenas?
Yo tengo ocho comidas, ninguna es desayuno, ni almuerzo ni cena, sino que es comida uno, comida dos, comida tres…comida ocho.
¿La comida ocho en qué consiste?
Ahorita van a ser dos pechugas y vegetales.
El salvadoreño es pupusero, ¿a usted le gustan las pupusas?
Me encantan las pupusas.
¿Están fuera de su dieta?
Lo que sucede es… ¿has tenido en la boca una medalla de oro?
No.
Entonces no sabés a lo que sabe. Cuando probás una medalla de oro no hay pupusas, no hay Pollo Campero ni Pizza Hut, una medalla de oro tiene un sabor riquísimo y por eso ya llevo 70 días en dieta comiendo lo que necesito comer. La comida de mortales no está en mi dieta, te digo que ya llevo 70 días en dieta al 100%. Sin salirme. Lo único que quiero saborear ahorita es una medalla de oro.
¿Cuánto tiempo durará su preparación para buscar ese oro?
Llevo 70 días, me faltan 10. Son 80 días en total. Antes de estos 70 que llevo hasta ahorita ya estaba entrenando, solo que no estaba haciendo dieta. Comencé a entrenar una semana después que nos encerraron y comenzamos la cuarentena.

A propósito, ¿cómo fueron esos días para usted sin poder ir al gimnasio?
Al principio fue duro y feo, de alguna manera psicológica te comienzas a sentir depresivo, impotente, pero son circunstancias de la vida y lo mejor que se puede hacer es buscar una estrategia para continuar.
¿Cuál fue su salida para encarar el encierro?
Al principio pasamos una semana viendo películas y viendo que comía con Karlita, mi pareja, ella también es atleta. Luego de eso comenzamos a hacer ejercicios en casa con pichingas, algunos palos, algunas piedras. Después conseguimos equipo un poco más profesional, conseguí un peso prestado por ahí y con eso entrenamos por dos meses y medio hasta que de repente en una reunión que tuvimos con Yamil [Bukele], le pedí que me prestara equipo de parte del Indes; me prestaron unas cuantas máquinas y prácticamente me equipé para poder entrenar como se debe.
Mucho joven piensa en hacer músculo para impresionar chicas, ¿a usted qué le motivó en sus inicios?
Cuando yo estaba pequeño era bien delgadito, y entre las cosas que a mí me pasaban es que era como blanco de los demás. Siempre trataban de golpearme, de menospreciarme, de hacerme bullying, y entonces yo decía: ‘siquiera tuviera un cuerpo como el de Arnold Schwarzenegger o como Van Damme, para poderme defender’. Pero bueno, uno en la extrema pobreza no se imagina que hay una forma para poder moldear el cuerpo, se imagina que la gente ya nació así, que son genética o dones con los que se nace y yo no veía esperanza alguna en poder crecer con músculos. Pero siempre que observaba películas de Sylvester Stallone y Schwarzenegger me motivaba mucho. Con el tiempo, no sé si escuchaste que estuve en la cárcel, eso me hizo crecer bastante. Comencé a estudiar en la universidad, así que en el tiempo libre decidí ir al polideportivo de la universidad y comencé a entrenar pesas. Obviamente al sentir el hierro y los músculos trabajando al mismo tiempo fue como amor a primera vista, más sin embargo yo desde pequeño estuve ligado al deporte. Me gustaba jugar fútbol, bicicleta y me gustaba caminar bastante. Yo vivía en el barrio Lourdes y me ponía unas pesas en los tobillos, caminaba hasta el Redondel Masferrer y regresaba. Había también un vecino que era mayor que nosotros y nos daba chicharrón: nos ponía a hacer sentadillas, pechadas, abdominales y de alguna manera nos trataba como si fuéramos militares y eso a mí me gustaba así que yo ya estaba atraído hacia el deporte solo que en la clase baja no hay posibilidades de acercamiento a federaciones o a selecciones, incluso cuando estudié en la ENCO parece que estaba castigada y no pude formar parte de los juegos estudiantiles, lo mismo fue en el INFRAMEN, así que aunque yo quería, el deporte no me daba el camino hasta que en la universidad encontré las pesas.

¿Para jugar fútbol que tal era?
El problema con el fútbol era el siguiente. A mí me gustaba el fútbol, pero yo era de los niños chiquitos y jugaba con personas seis años mayor que yo. Más fuertes, más violentos y con un poco más de habilidades y yo era el último en ser elegido. Cuando jugaba con los de mi estatura y mi edad era bueno jugando fútbol, pero lo divertido estaba con los grandes, así que poco a poco comencé a ver que no podía encajar yo en el fútbol. El fútbol siempre me siguió gustando hasta que comencé a ser físicoculturista. Me di cuenta de la idiosincrasia en que vivíamos y comencé a rechazar el fútbol y lo rechacé porque el fútbol en el país es malo, malísimo.
Ha mencionado clases sociales y pobreza. ¿Vivió en extrema pobreza en su niñez?
Te cuento la historia. Mi mamá y mi papá se conocieron en el barrio Lourdes y ambos alquilaban diferentes casas. Estaban bien jóvenes, mi mamá tenía como 19 años y mi papá con 17. Mi papá andaba metido en cosas de la guerra de aquel entonces y se fue para Estados Unidos huyendo por temor, y luego de eso él regresó a ver a mi hermana nacer, le puso el nombre y se volvió a ir, pero antes de eso embarazó a mi Mamá de mi persona. Yo nací, regresó a ponerme nombre y se volvió a ir para Canadá y ahí formó otro hogar. Cuando yo casi cumplía los tres años de edad, el 10 de octubre fue el terremoto y se cayó el lugar donde vivíamos. Nosotros nos fuimos a vivir a una champa, ahí vivimos unos cuatro años, pero por lo mismo de la guerra, de la ofensiva [de 1989], mucha gente de Oriente emigró para San Salvador y donde nosotros habíamos hecho la champa [predio verde de la iglesia donde se congregaba] se hizo un champerío a la par. Y allí había malos olores, insectos, animales, mucha pobreza y mi Papá casi no ayudaba para el mantenimiento de la casa. Yo de alguna manera viví cosas como soñar con tener regalos. Talvez si estrenaba era una vez al año cuando era mi cumpleaños y a veces cuando era navidad. Nuestras comidas, el desayuno era de café con pan, el almuerzo un poquito de arroz y una tortilla. Tomar gaseosa era un lujo. Comer Pollo Campero era algo que sucedía talvez una vez al año, la comida de navidad que podía existir era el pollo encebollado o tamales. Siempre cuando empezábamos a estudiar era un problema porque no había dinero para comprar los útiles o uniformes.
¿Hubo vicios durante su adolescencia, las condiciones de vida le llevaron a eso?
No, estaba muy chiquito. Quizá lo vicios los vine a tocar cuando tenía unos 14 años. Pero era quizá lo normal de los bichos del barrio Lourdes o barrios aledaños. Quizá por curiosidad o sentirte ya grande. Probar el alcohol, pero sin llegar a los excesos, nunca llegué a fumar piedra ni nada de eso. Fumábamos cigarros con mis primos a escondidas, imagínate que éramos cristianos y eso era como una delincuencia enorme para nosotros. Nos íbamos a un edificio, nos metíamos a escondidas y era un cigarro para cinco o cuatro.
Eso imagino queda ya solo como malos recuerdos…
Fíjate que yo no lo tomo como malos recuerdos, recuerda que el pasado son las bases que forman el futuro, así que lo que viví ha servido de alguna manera para que yo me convierta en lo que ahora soy, y creo que difícilmente alguien que no viva cosas similares a las que yo viví va actuar de la manera en la que yo actúo.
¿Qué estilo de vida vive hoy, puede darse esos lujos que la vida le negó de niño?
Los lujos son cuestión de apreciación, lo que te puedo decir es que yo nunca pensé que fuera a tener carro y ahora tengo carro, no gracias al deporte aunque sí ayudó un poco. Todavía no tengo una casa propia donde vivir. Con Karlita estamos luchando duro para salir adelante y nuestra meta es poner un gimnasio donde podamos emprender y poder tener ingresos para poder hacer nuestros otros sueños realidad. Es cierto que nos dan un incentivo de parte de Indes para hacer de mejor manera el deporte, pero mi deporte es tan caro que aunque no me lo creas, ahorita mismo la tarjeta de crédito la tengo topada. Estoy gastando más de mil dólares mensuales en comida ahorita, pero no me importa porque yo sé el objetivo que tengo. Ahora mismo soy el mejor fisicoculturista del continente en cuestión de atletas sin asteroides, es decir atletas limpios y ahorita voy a ir a luchar por ser el mejor del mundo en una categoría donde se supone que son atletas limpios, pero quizá de repente me toque competir con personas que no lo estén.
¿Podemos esperar medalla de oro de parte suya?
Fíjate que si Dios lo permite voy a tratar de hacer algo que está bien Heavy. Da por hecho que viene una medalla de oro para El Salvador, pero si Dios lo permite voy a hacer algo más grande que eso.
Ajá, cuente…
Yo voy a entrar si Dios lo permite en dos categorías y hay una tercera que yo tengo que evaluar cómo me voy a sentir porque estoy bien débil, estoy en una dieta bien estricta y ahorita mismo voy a comenzar el proceso de deshidratación que es cuando yo comienzo a quitar el sodio de mi cuerpo para que los líquidos en exceso desaparezcan y el músculo quede sobre la piel prácticamente. Eso me va a poner en una posición bien delicada porque voy a estar en la orilla de la salud y la apariencia física. Entonces voy a inscribirme en la categoría Games Classic Bodybuilding que es la que necesito ganar. Si yo gano esa categoría me convierto en campeón mundial, pero va haber otras talla de estatura que también va a sacar a su campeón mundial, y los dos campeones de cada categoría vamos a pelear para ver quién es el campeón de campeones. Terminando esto yo podría regresar campeón de categoría y campeón de campeones. Dos medallas de oro. La otra categoría en la que espero participar, si Dios lo permite, es la que se llama Físico Clásico y puede suceder lo mismo. Que yo gane la categoría y luego peleo con los campeones de las demás tallas para ver quién es el campeón de campeones. Así que, si todo saliera perfecto, yo podría regresar con cuatro medallas de oro: dos de categorías y dos de campeón de campeones. Yo le voy a tirar el todo por el todo a Games Classic Bodybuilding y si estoy en condiciones adecuadas para luchar por la otras categorías lo voy a hacer. Existe también una tercera categoría en la que posiblemente pueda entrar si me dan permiso. Es la de Físico Culturismo en 80 kilogramos.