Digna Rivera, de 84 años, vive en el barrio El Calvario, en Pasaquina, en La Unión, y fue una de las 100 personas de ese municipio que se sometieron a las pruebas para detectar la COVID-19 que hizo el Ministerio de Salud (Minsal).
Rivera, quien ha dedicado gran parte de su vida a hacer y vender pupusas, asegura que es la primera vez que se somete a la prueba desde que inició la pandemia.
Agrega que no había considerado tamizarse porque no había tenido síntomas. Cree que hasta el momento no se ha contagiado del virus, porque, además de cumplir las medidas de bioseguridad, también ha ingerido tés medicinales, explica.
«Yo nunca me había hecho la prueba, pero me animé. No me sentía enferma ni con ningún síntoma; pero ahora, aunque ya me puse dos vacunas, cuando supe que estaban haciendo las pruebas aquí, dije que me la iba a venir a hacer para ver cómo estamos. Lo que espero es estar bien de mi salud», comenta Rivera.
En objetivo del Gobierno de El Salvador es cortar la cadena de contagios del coronavirus, por lo que se llevan a cabo tamizajes en todo el país.