Usualmente, de las bandas de heavy metal, y todos sus derivados, se suele pensar que sus integrantes son músicos de pelo largo que acostumbran beber mucho, despertarse hasta altas horas de la tarde y pasar su tiempo libre descansando. Sin embargo, Criminis rompe con esos estigmas. Con dos abogados y un ingeniero en sus filas, la banda utiliza el metal para transmitir mensajes positivos y reavivar la memoria histórica de El Salvador.
Criminis está a unos días de hacer crecer su aporte histórico y cultural para El Salvador con el lanzamiento de su tercer álbum «Nahuat», el cual será presentado en las principales plataformas digitales el próximo viernes 8 de julio.
La banda de fusión metal y punk que surgió en 2009 gracias a sus fundadores, Win Serrano (guitarrista) y Mario Palma (batería), cuenta con una identidad propia que la diferencia dentro de las bandas del género, con una base de ritmo acelerado que además de transmitir energías positivas, cuentan historias sobre acontecimientos históricos del país que han marcado un antes y un después.
Criminis se expandió con la llegada de Osmín Estrada (bajista) y Roberto Ferman (vocalista. «Nuestro objetivo es ser una banda de metal referente en El Salvador y Centroamérica», expresó Win Serrano, guitarrista y cofundador de la banda.
«La base lírica de la banda ha sido influenciada por mi abuelo que nació en 1922. A él le gustaba mucho la historia y la política. Le gustaba realzar la memoria histórica de nuestro país. El me contó muchas historias, incluida la del etnocidio que se vivió en 1932», expresó el guitarrista.
El nuevo álbum (Nahuat) mantiene la esencia de la banda, con un contenido lírico crudo y contundente, y con un contenido musical fuerte. «Queríamos que este álbum fuera diferente. Es el idioma que los pipiles hablaban. Estamos orgullosos de nuestras raíces, de ser salvadoreños. Siempre me encantó nuestra historia. Es nuestro aporte para que este idioma no muera porque es una lengua en peligro de extinción», dijo el guitarrista.
Memorias que se escuchan
Nahuat, el nuevo álbum de Criminis cuenta con canciones que hablan sobre acontecimientos memorables de la historia del país, ente los cuales se encuentra «1932», que relata sobre los recuerdos recopilados del abuelo de Win Serrano, quien, en una tarde de dicho año, escuchó múltiples disparos para luego ver una carreta llena de cadáveres de indígenas que transitó frente a él cuando era niño.
El álbum avanza con «Hasta el tope», cuya historia se centra en la ofensiva de 1989 durante la guerra civil, época en la cual Win recuerda haber vivido con sus padres y hermanos. «Era un niño en aquel entonces. Tenía siete años. Es un acontecimiento que yo viví y lo recuerdo», recordó el guitarrista de Criminis.
Sobre la canción de «Cazabobos», explicó: «(Mario y yo) Venimos de familias trabajadoras, nos identificamos con las clases oprimidas. La canción habla de este personaje que es querido por algunos y odiado por muchos. De cómo era él y como significó para las personas, de cómo fue asesinado por una trampa cazabobos (explosivos camuflados) en la época de la masacre de El Mozote en 1981.
Colaboraciones
Win Serrano destaca las participaciones de artistas a quienes admiran, entre los cuales se encuentra Juan patas de cabra, de Cadabra, para «1932»; El Conejo, vocalista de Araña, una banda de metal referente en El Salvador y Marco Sorto, vocalista de Renegados, una banda emblemática desde la década de 1980.
Otras colaboraciones destacadas para el álbum son las de Andrea Ramirez, vocalista de las musas desconectadas; Saúl Audon, vocalista de Indexoquixia y Juan Avilés, bajista de Dreamlore.
Criminis, la banda de metal que cuenta con 13 años de trayectoria, y que rompe con los estigmas impregnados en el género musical al que pertenecen, busca reavivar la memoria histórica de El Salvador mediante su nuevo lanzamiento «Nahuat», el cual podrá disfrutarse en las principales plataformas digitales a partir del viernes 8 de julio.