Hablar de Nadine Masri es referirnos a una artista realmente versátil y llena de muchos matices y estilos. Gracias a su repertorio musical, tiene la habilidad de regalarte una melodía para susurrarte armonías de amor y acariciar el corazón. Pero, también, puede generar una descarga de adrenalina que eleve tus sentidos al máximo nivel con la potencia y ritmo desgarrador propio del grunge, al mejor estilo del «Sonido de Seattle».
Pero, en esencia, más allá de los escenarios, Nadine es una joven salvadoreña que, en 2019, decidió dar a conocer sus canciones a través de redes sociales, abriéndose así un camino en el mundo de la música independiente en El Salvador, el cual la ha llevado a ser una de las que mejor retrata el talento artístico que posee el país en esta nueva generación musical.
Nadine tiene una trayectoria que ha comenzado a consolidarse como solita. Pero, también, ha iniciado una nueva aventura musical con la banda «Souphilia». En ambos proyectos, Nadine tiene una meta clara: disfrutar al máximo de crear música, tocar corazones y mover consciencias gracias al camino artístico que ha decidido seguir y que espera continuar por muchos años más.
Contanos, ¿quién es Nadine Masri?, ¿cómo te definís a ti misma?
Definirse es algo complicado, porque somos un montón de cosas. Considero que soy un montón de cosas y soy bien intensa en cada una de ellas. No podría definirme totalmente, pero creo que soy una romántica, me encanta el amor de todo, de la naturaleza, por la familia, por la música… todo eso me inspira en lo que escribo y todo lo que escribo son experiencias personales.
¿Cómo iniciaste tu carrera musical?
Realmente, empecé a tocar la guitarra y quería aprenderme algunos covers y no me salían, así que decidí hacer mi propia música por si no me salía todo lo demás. Luego, aprendí a tocar el ukelele y comencé a tocar mis propias canciones en 2016. Al inicio solo las publicaba en Instagram. En ese momento yo estudiaba en la Mónica Herrera y uno de mis profesores vio mis publicaciones, me preguntó que si eran mis composiciones y me recomendó un proyecto de Ángel Vidal, que es un ingeniero de sonido que se graduó en Costa Rica, pero él es salvadoreño. Así fue como grabé mi primer EP, me grabaron, así fue como surgió «El Verbo del Sha» y mi primer EP que se llama «Sha».
Hablemos de tus canciones. ¿Sobre qué temas te gusta componer?
Más que todo, no sé por qué, me inspiran el desamor y el amor, es como lo que más me inspira. Creo que es uno de los sentimientos más fuertes que yo he experimento en mi vida, así que es sobre eso, sobre experiencias románticas.
Dentro de tus canciones y de todo lo que has compuesto hasta ahora, ¿tenés alguna que te describa a detalle o sea más personal?
Todas llevan mi esencia, pero la mejor contada creo que es «El Verbo del Sha».
¿Hay algún artista que te haya servido de inspiración para tu música o para consolidar tu estilo?
Sí, hay varios. Pero, inspiración a lo que yo hago no tenía tanto hasta después que saqué mi material, porque comenzaron a comentarme que tenía un estilo parecido a artistas mexicanas como Natalia Lafourcade o Ximena Sariñana. Pero, en realidad, lo que yo escucho, lo que a mí me inspira, no es nada que ver con lo que hago. Al menos hasta el año pasado, cuando comencé con una nueva banda que tengo, que se llama «Soulphilia», que es rock y grunge, que es lo que a mí me gusta.
Como muchos artistas están haciendo últimamente, tomaste la decisión de lanzar tus canciones en redes sociales. ¿Qué te motivó a hacerlo?
Creo que, como cada cosa que aprendo de covers o que compongo, siempre lo publiqué para etiquetar o para que lo vieran algunas personas, pero, al mismo tiempo lo ven otras personas. Realmente las redes sociales son una gran herramienta. Nunca esperé que por solo compartir algo en Instagram iba a compartir el arte que construyó en mi habitación y que alguien vio, le tomó interés y lo visualizó. Creo que podemos usar las redes sociales para compartir cosas buenas.
¿Crees que todo el período de la cuarentena por la pandemia influyó en tu evolución musical?
Creo que para nutrirme sí, quizás sí. En la pandemia no podíamos salir ni hacer muchas cosas, entonces estaba en el cuarto, en un espacio donde pasé ahí cuatro o cinco meses, lo que hizo que me enfocara en mis pensamientos, dándome una experiencia bien introspectiva. Creo que la mayoría de artistas, en todas las ramas del arte, disfrutamos esa parte porque pudimos crear algo nuevo. Normalmente, la vida cotidiana nos absorbe, tenemos que trabajar, pasar en familia, hacer otras cosas… pero, en ese momento (de la pandemia), pudimos crear de forma más introspectiva.
Y, en el caso de la audiencia, ¿crees que la pandemia nos enseñó a consumir más a los artistas independientes a través de las redes sociales?
No sé si ha habido un cambio tan radical, pero, con respecto a redes sociales, creo que sí. En la pandemia se dieron a conocer muchos músicos a través de las redes sociales. Creo que todo ese período ayudó un poco a que la gente se acostumbrara más a consumir arte desde las redes sociales.
¿Fue así desde tu experiencia personal?
Desde 2019, cuando comencé, todas las puertas se abrieron. Me buscaban de todos los medios de comunicación. Creo que, cuando sos nuevo, generás cierta curiosidad, además que, como mi nombre no es común, pensaban que no era salvadoreña. Creo que se despertó esa curiosidad. Se abrieron espacios en todo ese año. Canté todos los meses. Luego, vino la pandemia en 2020 y, aún así, tuve varias oportunidades para mostrarme mis canciones. En la pandemia, varios medios querían que vieran sus redes sociales y, una de sus estrategias fue, tomar artistas y ponerlos en redes sociales, para que la gente tuviera esa idea de que apoyaban a los artistas. Eso estuvo bien porque sirvió de respaldo para el arte y representó una nueva oportunidad para los artistas nacionales.
Después de eso, ya cuando acabó la cuarentena, la gente quería salir y eso sirvió para abrir espacios, algo que se ha ido incrementando. Lo he visto en mi proyecto personal, pero también en este nuevo proyecto con Soulphilia.
Hablemos de Soulphilia. ¿Crees que marca una evolución en tu estilo musical?
Como artista no me quiero enfocar en un solo género. Quiero tener una canción en todos los géneros musicales. Desde chiquita siempre escuché Iron Maiden y siempre sentí gusto por todos los estilos. Al inicio, la gente me pregunta en quién me inspiré, pero no tuve a nadie. Solo agarré el ukelele y experimenté a ver qué funcionaba con el instrumento y mi voz.
Después de cantar tantas cosas con un estilo más romántico, le dije a mi productor que quería bailar en el escenario, que no quería hacer cosas tranquilas, sino probar con algo más como el Pop Latino, que son los últimos singles que he lanzado.
Ahora, con Soulphilia, que es grunge…
Me llama la atención el nombre…
¡Jajaja! Suena a otra cosa, yo sé. Pero el nombre surge porque siempre me ha gustado conocer gente, pero realmente conocerlos, sus sueños, lo que hay al interior de cada uno… por eso cree esa combinación de palabras «Soul», que es alma, y «Philia», que es amor, sería como decir «Amor por las almas». En el estilo, la banda tiene una influencia al estilo de los Red Hot Chili Peppers, así que tenemos más una tendencia a ese sonido.
¿Crees que en El Salvador estamos más interesados por escuchar a artistas a través de redes sociales?
Sí, definitivamente sí. Creo que los tiempos cambian un montón. Antes no teníamos todas estas plataformas y solo podías lanzarte o la gente solo te podía escuchar en las radios. Ahora, como hay más opciones, el público ya está más apto para recibir este tipo de artistas independientes, que, quizás no son famosos como otros, pero tiene un público cercano y bien establecido.
Como artista nueva, como artista independiente, ¿crees que vale la pena darle una oportunidad a los nuevos artistas en El Salvador?
Creo que, en El Salvador, las nuevas generaciones no han escuchado o no se han conectado con los grandes artistas que nuestros padres disfrutaron. Ahora, tenemos nuevos artistas que representan a nuevas generaciones, que representan al país. Los nuevos artistas representan al país y, lo bueno, es que hay (artistas nuevos e independientes) en todos los géneros, hasta en música cristiana. Todo está en buscarlos y apoyarlos.
Finalmente, ¿hacia dónde proyectás tu carrera musical?
Siempre he pensado que Nadine Masri es como un experimento. Pero, Soulphilia es más mi alma, lo que me gusta cantar en el escenario, puedo hacer lo que sea. En cambio, Nadine es más reservada. En Soulphilia suelto todo lo que soy. Creo que la banda se va a quedar como en ese mismo estilo, rock grunge, pero, como Nadine Masri me gustaría experimentar en todos los estilos posibles. SI alguien quiere hacer una colaboración de cumbia, reguetón o lo que sea, estoy disponible.