Michelle, Karla y Franklin Vargas son tres hermanos originarios de Jiquilisco, Usulután, que decidieron emprender con una cafetería llamada La Crepita, con el deseo de seguir las enseñanzas de sus padres, quienes siempre les inculcaron el trabajo en el negocio familiar y la responsabilidad.
Los hermanos crecieron viendo a sus padres trabajar en el comedor familiar Vargas, y desde la adolescencia iniciaron a ayudar con pequeñas acciones dentro del negocio, como tomar órdenes, servir bebidas, entre otras funciones. Franklin, el menor de los tres hermanos, cuenta que desde pequeños sus padres les enseñaron las implicaciones de emprender, y en una ocasión les dieron las herramientas para que pusieran un pequeño negocio de jugos y bebidas, con el objetivo de que ellos aprendieran a administrar un emprendimiento.

«En los festivales gastronómicos, que eran una vez al mes, nuestros padres participaban y nosotros los ayudábamos, pero teníamos las bebidas como licuados, jugos. Teníamos 20, 16 y 12 años», contó Franklin.
El negocio de La Crepita nació a mediados de 2020, en la pandemia, cuando los hermanos decidieron hacer crepas para el consumo de la casa, a pesar de no tener conocimientos previos.
«Vimos un tutorial para hacerlas, a mis papás y abuelos les gustaron. Y ahí surgió la idea de hacer crepas para vender y así obteníamos algo de ingresos para el hogar, porque nuestros padres no estaban trabajando, solo nos Redacción Jeannette Rodríguez manteníamos del salario de mi hermana y de lo que teníamos del comedor», contó Michelle.
El primer día que prepararon para vender tuvieron 50 entregas a amigos y familiares, por lo que, ante la buena aceptación, decidieron vender cada sábado, primero solo por pedidos y luego con un puesto que instalaron en la calle solo el sábado. Mientras crecían, sus padres los motivaron y apoyaron para que estudiaran. Michelle cuenta que es licenciada en Comunicaciones, su hermana Karla es abogada y su hermano está a punto de graduarse en Ciencias Jurídicas, pero siempre encuentran la manera de organizarse para atender el negocio y seguir con sus profesiones.
Desde hace un par de meses decidieron establecer un local al costado sur del mercado de Jiquilisco, por lo que también han innovado en otros productos además de las crepas, como los waffles, hot dogs, papas con chili, y bebidas. El local está abierto de 2 de la tarde a 8 de la noche.
«Uno de nuestros sueños es ampliar el negocio, llegar a más lugares. Ya generamos un empleo y esperamos generar más empleos», dijo Michelle.