En el primer Gobierno del presidente Nayib Bukele se transformó el sistema penitenciario de El Salvador eliminando los beneficios a los cabecillas pandilleros y se evitaron amotinamientos y masacres, que fueron una constante en las administraciones de ARENA y del FMLN.
Las autoridades salvadoreñas no registraron motines en los pasados cinco años debido a que desde junio de 2019 el Estado tomó el control de todas las cárceles, principalmente de aquellas catalogadas de máxima seguridad, donde han sido encarcelados más de 80,000 pandilleros en el marco del régimen de excepción.
«Ahora las prisiones ya no son el cuartel general de las pandillas. Ya no hay fiestas, drogas, grafitis, prostitutas ni órdenes para matar», afirmó en una ocasión el presidente Bukele.
Con el plan de seguridad de Bukele quedó en la historia que los penales eran dominados por las pandillas, cuyos cabecillas recibieron todo tipo de privilegios a cambio de incidir en las elecciones.
Bajo la nueva metodología de trabajo se logró que la mayoría de los internos se mantengan activos realizando actividades ocupacionales y de apoyo comunitario a través del Plan Cero Ocio. Incluso ahora los privados de libertad tienen acceso a la educación académica superior dentro de los recintos carcelarios.
Contrario al control que el Estado tiene sobre el sistema carcelario, la situación es muy diferente en penitenciarías de Guatemala, Honduras, Venezuela y Ecuador, donde los privados de libertad gozan de privilegios y en algunos casos hasta un minizoológico mantenían en las prisiones.
Guatemala
El pasado 2 de junio, las autoridades guatemaltecas trasladaron a unos 225 reos de la pandilla barrio 18 desde la cárcel El Infiernito a otras penitenciarias del país. En el operativo encontraron dentro de la prisión cocodrilos, un zorro gris y un mapache, que estaban en poder de los pandilleros. También una silla especial para «gamers».
En el procedimiento también descubrieron que los mareros habían remodelado habitaciones especiales. De igual forma encontraron una gran cantidad de electrodomésticos como refrigeradoras, televisores, aires acondicionados y hornos microondas. Tenían pisos y techos a su gusto, así como internet y cable. El lugar también estaba decorado con grafitis alusivos a la pandilla 18.
En una requisa anterior, la Policía desmanteló una especie de «call center», con teléfonos celulares y conexiones a internet, entre otros equipos con los cuales los pandilleros extorsionaban desde la cárcel.
Honduras
En marzo de 2023, el periódico «La Prensa» comparó la situación carcelaria hondureña con la de El Salvador, y que mientras el Gobierno de Bukele implementó medidas drásticas dentro de los penales, en Honduras los pandilleros gozan de habitaciones decoradas en cada rincón, cómodas camas y hasta aire acondicionado.
En esa ocasión, el medio dio a conocer las grandes y cómodas camas que tienen los reos que están en el módulo Casa Blanca, de la Penitenciaría Nacional de Támara, así como de otros centros. En el espacio los reclusos tienen aires acondicionados, televisores inteligentes y camas.
Además, gozan de acceso a internet, pisos cerámicos y paredes de varios colores, llenas de adornos, espejos y fotografías de familiares. Una fuente le confirmó a «La Prensa» que incluso los reos en el módulo de Casa Blanca tienen el privilegio de ser visitados por mujeres estilistas con el objetivo de recibir el servicio de cortes de cabello y hasta arreglarles las manos y los pies.
En enero de ese año, en el módulo I de sentenciados de Casa Blanca, la Policía decomisó 21 pistolas, dos fusiles AR 15 y un AK-47, así como 27 cargadores y 2,520 proyectiles.
El medio hondureño reveló el 22 de febrero de 2023 que los reos habían pagado hasta $80,633 para meter las armas a la cárcel de Támara. Pese a que desde junio de 2023 el Gobierno de Xiomara Castro tomó el control de los penales, los hondureños afirman que desde esos recintos se siguen controlando las extorsiones y se ordenan asesinatos.
El Tren de Aragua y sus lujos
En septiembre de 2023, las autoridades venezolanas ejecutaron un operativo en la cárcel de Tocorón, en el estado central de Aragua. La penitenciaría era el principal centro de operaciones de la banda criminal trasnacional conocida como el Tren de Aragua.
Tras la intervención, el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz informó que los criminales habían construido una piscina con toboganes, un campo de béisbol, un zoológico y hasta una discoteca de lujo. En el lugar también se encontraron túneles por los que se movían objetos como televisores, motos, entre otras cosas.
El caso ecuatoriano
En enero de este año, el Ejército de Ecuador dio a conocer el hallazgo de salones para presos lujosamente decorados, una discoteca e incluso una piscina en el Centro de Privación de Libertad de Cotopaxi. Lo anterior ocurre pese a que el Gobierno de Daniel Noboa ha declarado la guerra a grupos criminales y estableció un estado de excepción y toques de queda.
En el recinto había camas dobles, luces empotradas, ropa de marca, una piscina y una discoteca con luces led con bebidas alcohólicas y droga. También encontraron 43 relojes de diferentes marcas, 16 celulares, un parlante inalámbrico, varios «routers», tarjetas USB y cámaras de seguridad.
Ahora Ecuador busca replicar el modelo Bukele para sanear sus cárceles, pero tiene un reto muy difícil porque se enfrenta a pandillas y a narcotraficantes.