En tiempos en los que la vida cotidiana puede resultar abrumadora debido a las exigencias laborales, académicas y sociales, los videojuegos se han convertido en una herramienta cada vez más popular para liberar el estrés.
Más allá de ser una forma de entretenimiento, estos ofrecen una experiencia inmersiva que permite desconectar de la realidad y sumergirse en mundos mágicos, fantásticos o deportivos, donde las preocupaciones cotidianas se desvanecen por un rato.
Un aspecto clave que explica por qué los videojuegos pueden aliviar el estrés es el escape que proporcionan, al involucrarse en tramas complejas, escenarios vibrantes y mecánicas desafiantes, los jugadores no solo se distraen, sino que también experimentan una sensación de logro al completar misiones o vencer obstáculos.

Además, muchos de estos juegos están diseñados para inducir sensaciones de relajación a través de su estética visual, música envolvente y ritmo tranquilo, aspectos que favorecen la reducción de la ansiedad.
En particular, los videojuegos que incluyen elementos de magia que pueden ofrecer a los jugadores una experiencia terapéutica única. La magia en estos juegos no solo tiene un componente fantástico, sino que también genera una liberación emocional al permitir al jugador «controlar» situaciones que, en la vida real, pueden sentirse fuera de su alcance.
Los estudios respaldan esta relación entre videojuegos y bienestar emocional, señalando que el tiempo dedicado a jugar videojuegos puede contribuir a una mejor regulación emocional, siempre que se mantenga en un equilibrio adecuado con otras actividades.