María Erlinda Rivas es una de los seis productores de hortalizas que se han unido para alquilar un espacio y darle vida al Centro Agroecológico Las Araucarias, ubicado en el cantón Zaragoza, en el distrito de Chinameca, San Miguel Oeste.
Este grupo de jóvenes trabaja sus parcelas de forma individual y algunas áreas en colectivo para proporcionar al mercado local hortalizas y frutas como papaya.
Erlinda es estudiante de enfermería, y con las ganancias que obtiene de la producción de chile dulce, jalapeño, pipián y tomate paga sus estudios y contribuye a la economía de la familia.
A inicios de mayo, en el marco del cierre del proyecto «Jóvenes creando alternativas a la migración» (Youth Creating Alternatives to Migration [YOCAM, por sus siglas en inglés]) el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (Centa) en coordinación con Catholic Relief Services (CRS) aportaron importantes donativos a 75 jóvenes de la región oriental, divididos en 15 grupos que incluyeron a Las Araucarias.
Los jóvenes agricultores de Chinameca recibieron el donativo consistente en un rotavator [maquinaria agrícola para preparar los suelos], una bomba mecanizada de riego, ahoyadores, entre otros.
«Tenemos ciertas dificultades con la mano de obra, entonces necesitamos ir innovando y flexibilizando los procesos para ser más eficientes. Todas esas herramientas nos van a ayudar con el tema de la innovación tecnológica para paliar la crisis que hay de mano de obra y seguir sembrando nuestras parcelas», comentó el agricultor Héctor Quintanilla.
Héctor es graduado de Ingeniería Industrial, hace un par de años se sintió frustrado al no encontrar empleo por no contar con la experiencia necesaria.
En ese momento formó parte de un proyecto que promovió el Centa, ya que en su familia son agricultores, y decidió apostarles a las hortalizas.
«Tratando de diversificar me he aventurado en este mundo de los vegetales, pues básicamente he podido salir adelante y ayudar un poco a mi familia y, en especial, producir alimentos para todos», expresó Quintanilla.
Por su parte, Juan Ramírez, ingeniero agrícola, que forma parte de Las Araucarias, dijo que incrementará las áreas para cultivar debido a la demanda.
«El huerto se mantiene solo; iniciamos trabajando dos tareas y hoy estamos con una manzana, y al finalizar el invierno [sic] tendremos dos manzanas. Con el uso de la maquinaria el trabajo se reduce en tiempo y costo, una jornada de trabajo se hace en minutos», afirmó.