El historiador griego Diógenes Laercio en alguna ocasión respecto a la cultura expresó: «La cultura es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad». Sin duda alguna hay un precio de valor incalculable en los pasos estables de la cultura, en la que es ocasión de paz y honra. Por ende, apostarle a la sabiduría de un pueblo es otorgar la pacificación y desarrollo de esos miembros.
No hay duda que El Salvador va enrumbándose a caminos de desarrollo cultural y de pacificación cultural, lo que ha de permitir un desarrollo intangible en sus primeros estadios, pero luego podrá observarse como grama que se extiende en jardín, la maravilla de su poder. Es así como un pueblo que comprende que solo por medio de la educación y la cultura se alcanza grandeza, se enrumba hacia esa luz.
Ante este planteamiento hecho con anterioridad, es de menester querido lector comentar un encuentro que el país ha realizado con la hermana República del Uruguay con la presentación de Yesenia Hernández como cantante, artista e intelectual. Este vínculo logrado abre puertas de hermandad y de trabajo cooperativo, en pos de la cultura y el arte.
Ya lo expresaba el filósofo y codificador griego Aristóteles: «El objetivo del arte es representar no la apariencia externa de las cosas, sino su significado interior». Pues bien, a través del arte se alcanzan niveles de pensamiento abstracto y por tal crítico, propios de una cultura adelantada para la resolución de los problemas más sentidos de su propia gente. Este ha sido el gran objetivo a mi parecer de esta alianza alcanzada entre ambas naciones.
De tal suerte que, ante la importante representación y mérito logrado, es como ya se tiene la invitación para el Arte y Moda Fashion en agosto y la participación en Canción Punta del Este 2023 en noviembre. Además, el país hermano ha considerado el Arte y Moda Fashion capítulo El Salvador, en el que se destaca la cultura, el turismo y el desarrollo del país, aclarando que El Salvador es el único país de la región Centroamericana en participar y por tal representación en dichos eventos.
Por tanto, es necesario apoyar este tipo de logros y, sobre todo, reconocer el esfuerzo de tantos hombres y mujeres como Yesenia, que a contracorriente han luchado por la cultura y el arte del país, y ahora llevando a otras latitudes lo que el país posee y con ello ofreciendo lo que somos al mundo; en esta nueva forma de mostrarse al cosmos con orden, desarrollo y cultura, alcanzados por el Gobierno actual en consonancia con la mayor cantidad de salvadoreños que están comprendiendo que este es el camino correcto.
Quizá y solo quizá, es tiempo ya de exponer a viva voz, a los cuatros puntos cardinales del continente americano, que acá estamos y somos una raza, un pueblo que posee tanto para ofrecer, para exponer y para aprender también. Por ello, las puertas del corazón de cada salvadoreño y el alma de nuestra patria hoy gimen con voz indecible que somos cultura, arte, ciencia y, sobre todo, justicia en paz.
Pero claro, solo si cada ciudadano de este hermoso país se esfuerza en mostrar a la patria su talento, su arte, su música, su pintura, su escultura, su literatura, su poesía, etcétera, será difícil que se logre mérito a escala internacional; como se ha dicho por siglos, una sola golondrina no hace verano, pues es tiempo de que cada artista de este país muestre lo que es y que la nación le ofrezca la mano y el apoyo a su talento.
¿Se anima? Tal como expresó el maestro Chuck Klosterman: «El arte y el amor son lo mismo: es el proceso de verse en cosas que no son ustedes». Salgamos del ensimismamiento y comencemos a unir[1]nos como pueblo en pos de la cultura de la paz, del arte y las letras, a fin de que en poco tiempo nos convirtamos en el referente cultural de la región, de la cultura del amor, por medio del arte.