Porsche, el fabricante de automóviles deportivos de lujo de alta gama, no solo compite para ganar, sino también para innovar y mejorar sus modelos de serie, lo que ha beneficiado directamente a sus clientes.
Lo anterior, se ha visto reflejado a lo largo de su historia como fabricante de automóviles deportivos.
«Innovación y competición automovilística van de la mano en Porsche. El desarrollo de la tecnología turbo es un buen ejemplo. En 1974, hace exactamente 50 años, se presentó el 911 Turbo, primer Porsche de serie con turbocompresor. Con 260 caballos, era increíblemente potente para su época. Las raíces de su motor vanguardista se encontraban en las carreras. La tecnología de sobrealimentación se utilizó por primera vez en el Porsche 917/10. En la actualidad, la potencia de la última variante del 911 alcanza los 541 HP (398 kW)», destacó un comunicado de prensa de la compañía.
Desde el desarrollo de la tecnología turbo hasta sus victorias en las 24 Horas de Le Mans, la marca ha demostrado cómo los avances en las competencias se traducen en mejoras para sus vehículos.
De acuerdo con la marca, un ejemplo de ello es lanzamiento del Porsche 911 Carrera GTS T-Hybrid, un modelo que no solo representa la evolución de la referida serie, sino que también incorpora conocimientos avanzados obtenidos directamente de la competencia.
Porsche ha demostrado su compromiso con la innovación, asegurando que cada automóvil sea una obra maestra de ingeniería derivada de la pasión por el automovilismo.