El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció este miércoles una extensión de la prohibición a la circulación nocturna, una restricción del horario comercial y el cierre de las escuelas en el área metropolitana de Buenos Aires, en un endurecimiento de las medidas para frenar los contagios de la COVID-19.
A partir del viernes, el toque de queda regirá entre las 20H00 y las 06h00 locales, el horario comercial se limitará a diez horas entre las 09H00 y las 19H00, y los estudiantes capitalinos volverán a la modalidad virtual de clases por un periodo de dos semanas, anunció Fernández en un momento en que las infecciones están disparadas, con casi cinco veces más casos diarios nuevos con respecto a hace un mes.
Ayer, un nuevo récord de 27,001 contagios de la COVID-19 en las últimas 24 horas hizo sonar las alarmas en Argentina, cuyo gobierno comenzó a analizar estas nuevas medidas y restricciones de urgencia.
«Estamos ante un gran aumento en la velocidad de transmisión del virus con la aparición de nuevas variantes», dijo a la prensa Analía Rearte, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología, tras una reunión de expertos con altos funcionarios del gobierno del presidente Alberto Fernández, convocados de urgencia.
En un país de 45,4 millones de habitantes, el gobierno ha logrado adquirir más de siete millones de vacunas de diferentes orígenes y ha aplicado casi 5,7 millones de dosis.