En 2013, The Last of Us se consolidó como uno de los videojuegos más aclamados de todos los tiempos, llevando a los jugadores a un mundo postapocalíptico lleno de emoción, acción y decisiones morales complejas. Más de una década después, la historia de Joel y Ellie dio el salto a la pantalla chica de la mano de HBO, convirtiéndose en un éxito televisivo que no solo cautivó a los fanáticos del juego original, sino también a una nueva generación de espectadores.
El vínculo central de The Last of Us, la relación entre Joel y Ellie, se conserva de manera impresionante en la serie. En ambos formatos, esta relación de padre e hija sustitutos evoluciona de una dinámica incómoda a una conexión profundamente emocional, lo que permite a los personajes trascender su contexto postapocalíptico.
Las interpretaciones de Pedro Pascal y Bella Ramsey capturan la esencia de los personajes originales, interpretados en el videojuego por Troy Baker y Ashley Johnson, lo que reafirma que la magia de The Last of Us reside en su humanidad. En ambos casos, la evolución de estos personajes está marcada por la dureza del mundo que los rodea, mientras intentan preservar su humanidad en un escenario donde la supervivencia es la única prioridad.

Uno de los mayores logros de la serie y el juego es su tratamiento de la moralidad ambigua, en The Last of Us, no hay respuestas fáciles ni héroes claros, la narrativa presenta decisiones éticamente complejas, donde los personajes, tanto en el videojuego como en la serie, deben enfrentarse a situaciones en las que la supervivencia pone a prueba los valores más fundamentales.
El controvertido final, donde Joel decide salvar a Ellie en lugar de permitir que se utilice para encontrar una cura para la humanidad, mantiene su fuerza emocional en ambos medios, desafiando al espectador y al jugador a tomar partido en una decisión moralmente imposible.
Las diferencias entre la serie y el videojuego son inevitables, principalmente debido a la naturaleza interactiva del primero y la pasividad del segundo. La serie, al no tener un componente jugable, opta por explorar más profundamente los aspectos secundarios de la historia. Además, la serie aprovecha para dar un tratamiento más detallado a ciertos lugares y personajes, como la comunidad de Jackson o la zona de cuarentena de Boston, que en el videojuego eran apenas un fondo de la acción principal.