Desde el surgimiento de la pandemia por la COVID-19, el Gobierno del presidente Nayib Bukele implementó medidas no solo para contener el contagio y preparar al país para atender a un número grande de pacientes, adecuando y reestructurando la debilitada red pública de hospitales, sino que también tomó medidas para proteger la economía de los salvadoreños.
Fue así como surgió el Programa de Emergencia Sanitaria (PES), con el que se han repartido alimentos en varias oportunidades para beneficiar a las familias que perdieron su fuente de ingresos debido al confinamiento y al cierre de la economía al inicio de la pandemia, además de dar apoyo posteriormente debido al debilitamiento de las empresas que tuvieron que cerrar o reducir operaciones como efecto directo del parón económico.
Al inicio, el Gobierno entregó $300 a los salvadoreños de los sectores más vulnerables, como un mecanismo para mantener activa la economía y para ayudarles a tener ingresos cuando no había oportunidad de salir a trabajar.
El PES se ha mantenido y es una de las acciones que más agradece la población, a pesar de que ha recibido múltiples ataques de parte de una oposición que no está dispuesta a reconocer la dimensión y el significado del auxilio prestado por el Gobierno.
La noche del pasado miércoles, el presidente Bukele anunció dos nuevos apoyos para la población. En primer lugar, sancionó el decreto que permite la creación de un fondo para estabilizar el precio del gas propano, utilizado por la mayoría de la población para cocinar sus alimentos. Esto se complementa con el subsidio al gas y permitirá absorber el aumento de precio efecto de las fluctuaciones del mercado internacional.
El petróleo es uno de los productos que han tenido un comportamiento alcista conforme avanzó la pandemia, debido, al principio, a la reducción del consumo (producto de los confinamientos en todo el planeta), lo que llevó a la reducción de la producción y, posteriormente, conforme se reactivaban las economías, a su aumento, debido a una mayor demanda.
Para enfrentar este fenómeno, que depende del mercado internacional, el presidente Bukele anunció que hay dos compañías distribuidoras de combustibles que harán un descuento de $0.20 al precio del galón si se paga con la billetera electrónica Chivo. Esto vale tanto para consumidores comunes como para el transporte público de pasajeros o de carga.
Esta modalidad de pago con el bitcóin es un mecanismo para enfrentar el alza de los combustibles, empujada por las condiciones internacionales.