Diana Sotelo, de 38 años, nació en San Salvador y es madre de tres hijos. Su vida cambió repentinamente cuando comenzó a aprender a trabajar con la resina epoxica (de origen vegetal) para elaborar diferentes decoraciones, su afición creció tanto que tomó la decisión de dedicarse a su actual emprendimiento a tiempo completo.
En agosto de 2021, Diana lanzó al público su marca “Iwanna Resin”, su negocio fue un complemento económico y una pasión inicialmente, sin embargo, con el tiempo, las emociones que le causó trabajar con resina epoxica fueron tan positivas que decidió renunciar a su trabajo como gerente de proyectos para empresa de tecnología para trabajar tiempo completo en su emprendimiento.
«Me gusta mi emprendimiento porque puedo trabajar desde casa y puedo pasar tiempo con mis hijos. Ellos también me ayudan con las decoraciones», expresó Diana.
«A veces es sacrificado. Me he dormido a la 1 de la mañana o incluso a las 3, pero no siento el tiempo. Es bonito cuando uno se dedica a lo que le gusta».
«Mi familia siempre ha sido fanática de trabajar de manera manual, de aprender cosas artesanales, hemos aprendido a hacer piñatas, corte y confección. Cuando empezaron a dar clases de resina mi madre me motivó a ir a aprender. Así que fui a las clases. Nunca había sentido lo que sentí al trabajar con resina. Me especialicé en flores, recojo flores en todos lados».
Diana inició su aprendizaje en cursos que contaban con precios elevados y con mala atención hacia el estudiante, por lo cual decidió ampliar su conocimiento en cursos online con profesores de Italia, India y España.
¿Qué hace tan especial la resina vegetal para Diana?
«Me gustó bastante el hecho que se puede crear un sin fin de cosas. En medio de todo, mi madre me impulsó y me motivó. Yo trabajaba en una oficina. Durante la pandemia fue difícil. La resina fue un escape emocional y una ayuda económica. Me gusta tener una idea y plasmarla. Es bastante satisfactorio cuando me hacen preguntas del producto y ver su reacción cuando les digo que es resina», expresó Diana.
«Me satisface a nivel personal cuando les entrego a las novias sus decoraciones y veo como se emocionan o cuando entrego pieza sobre un ser querido», amplió.
«Me gusta porque es un material de origen vegetal. Es muy versátil. Puedo hacer cuencas para una pulseras o muebles muy grandes. Se pueden hacer creaciones ilimitadas», concluyó Diana Sotelo, fundadora de «Iwanna Resin».