La Asamblea Legislativa aprobó la ampliación, por 30 días más, del régimen de excepción, con lo cual se mantienen activas las medidas especiales para que el Gobierno del presidente Nayib Bukele continúe combatiendo a las pandillas.
Los resultados de tales medidas, surgidas para contener la ola homicida ordenada por los cabecillas de las pandillas y ejecutada en todo el país, han dado como resultado la Semana Santa más segura de la historia y varios días en los que no se ha reportado ningún homicidio. De hecho, el fin de semana recién pasado no se registraron muertes violentas.
Sin embargo, falta mucho por hacer. También este fin de semana las autoridades capturaron a uno de los cabecillas nacionales de una de las pandillas, el cual era trasladado en un vehículo escoltado por otro en el que iban sus «guardaespaldas», quienes dispararon contra la Policía, pero el ataque fue repelido y los agentes procedieron a la detención.
Han sido los cabecillas de las organizaciones criminales —que acumulan el dinero de las extorsiones y viven con lujos y hasta con seguridad privada— los que han podido mantenerse ocultos durante la primera fase del régimen de excepción. La tarea ahora es salir a buscarlos en donde sea que se escondan.
Es importante recalcar que las medidas excepcionales han sido votadas por una mayoría demoledora: 67 de los 84 diputados estuvieron a favor de continuarla, en tanto que otros nueve votaron abiertamente en contra.
¿Por qué un representante del pueblo va a negarse a combatir la delincuencia? La única explicación es que está protegiendo a sus aliados criminales, por lo que prefiere tomar partido en contra de los ciudadanos que, en amplia mayoría, apoyan los resultados del régimen de excepción, gracias al cual se han librado del asedio de los criminales y que ha permitido que los distribuidores de mercaderías entren libremente en las colonias y comunidades sin tener que pagarles la extorsión a los delincuentes, como bien ha sabido destacar la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).
Las medidas del régimen de excepción han mostrado ser eficaces para el combate del crimen y el Estado ha garantizado el respeto de los derechos humanos de la población honrada y trabajadora, incluyendo la libertad de prensa y de movilización por todo el territorio nacional, sin nada que se parezca a un toque de queda o ley marcial, como falsamente pregona el aparato de propaganda mediático de la oposición.