Después de 70 años, el conflicto israelí-palestino se ha agudizado hasta el punto de exigirse a la comunidad internacional, representada en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU), buscar soluciones para un cese inmediato de las hostilidades por causas principalmente humanitarias, consideró el ministro presidencial del Gobierno Palestino, Riad Malki.
En entrevista con «Diario El Salvador», Malki afirmó ayer que de no «imponerse» una resolución definitiva a ambas partes el conflicto podría escalar hasta convertir a Oriente Medio en una zona de guerra.
Detalló que, después de más de 30 años, se demostró que el camino de negociaciones directas no es la solución debido a que depende del deseo sincero de las dos partes para llegar a un acuerdo, y parece que el Gobierno actual de Israel no está interesado.
«La única vía posible en estos momentos es a través de una conferencia internacional de paz donde la comunidad internacional se reúna, hable e imponga una solución a las dos partes. Eso significa que lo que salga de esa conferencia debe ser llevado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ahí se debe sacar una resolución impuesta por la fuerza en caso de que no sea voluntaria; es la única forma», explicó.
Tras intensificarse la «agresión israelí», en 240 días se contabilizan más de 36,000 palestinos muertos (70 % son mujeres y niños), 10,000 desaparecidos, 90,000 heridos y el 85 % de la infraetructura de la Franja de Gaza destruida, lo que muestra un interés, aunque «tardío», por parte de la comunidad internacional de resolver el conflicto, según Malki.
«Es importante que los países alcen la voz contra ese genocidio, y lo hemos visto últimamente en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde 143 países han votado en favor del alto al fuego. La comunidad internacional debe tomar una responsabilidad seria de tratar a la causa palestina de igual manera que a otras crisis en el mundo, no utilizar doble estándar tratando la causa palestina, y ver a los palestinos como seres humanos con derechos», dijo.
Remarcó que su objetivo es la justicia, la igualdad, la libertad e independencia, amparados en la confianza en el derecho internacional.