El primer presidente izquierdista de Colombia, Gustavo Petro, cierra hoy su primer año de Gobierno acorralado por los escándalos de corrupción y dolores de cabeza en temas seguridad pública.
Su hijo, Nicolás Petro, reconoció en las últimas horas que recibió dinero del narcotráfico y que una parte de esos recursos sirvió para financiar la campaña presidencial de su padre.
Nicolás fue capturado por orden judicial, pero quedó en libertad condicional después que anunció que colaborará con las autoridades de ese país con las investigaciones del financiamiento ilícito.
El primogénito del mandatario planteó ante las autoridades judiciales que parte de los ingresos ilícitos para la campaña los recibió de Samuel Santander Lopesierra, quien entre 2003 y 2021 pagó cárcel en Estados Unidos por el delito de narcotráfico.
El financiamiento ilegal también provino de un hijo de Alfonso «el Turco» Hilsaca, un negociante acusado en el pasado por la fiscalía de Colombia de financiar grupos paramilitares y planear homicidios, y de otros controvertidos empresarios.
La declaración del hijo del gobernante ha hecho temblar al primer gobierno izquierdista de Colombia. El presidente, por su parte, no ha negado las acusaciones, aunque marcó distancia con su hijo y aseguró que nunca sería cómplice de esos crímenes.
No solo los escándalos de corrupción han marcado el primer año de gestión de Petro, sino también las marchas de ciudadanos que han pedido su renuncia del cargo.
Estas multitudinarias concentraciones ocurrieron después de que Petro lanzó el ambicioso plan bautizado como la «Paz Total», con el que pretende apagar el conflicto armado con diálogos. En los primeros 12 meses Petro pactó ceses al fuego con guerrilleros, paramilitares y pandillas.
Además, el gobernante ha perdido el apoyo de congresistas que se niegan a votar a favor de sus propuestas de ley, como la reforma tributaria, porque consideran que el mandatario se salió de rumbo.
Con su Gobierno, el fantasma de la violencia vuelve a recorrer el país después que seis décadas de conflicto que han provocado al menos nueve millones víctimas. A pesar de la complicada situación de seguridad en su país, Petro cuestionó al presidente Nayib Bukele sobre las acciones que implementa para combatir a las pandillas.
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