«Tras 20 años de despliegue, los últimos soldados de nuestro Bundeswehr (las fuerzas armadas) se fueron de Afganistán esta noche. Ahora están en el camino de regreso», explicó la ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, en un comunicado.
«Un capítulo histórico termina, un despliegue intensivo que puso el Bundeswehr a prueba y lo marcó, durante el cual demostró sus capacidades en el combate», añadió.
Alemania era, junto con Estados Unidos, Turquía, el Reino Unido e Italia, uno de los cinco países más comprometidos en Afganistán en la misión «Resolute Support» (Apoyo Decidido).
Estas naciones desplegaron 6,000 de los 9,592 militares destinados por 36 países miembros de la OTAN y socios de la alianza en la operación.
Apoyo Decidido era una misión de formación de las fuerzas afganas para poder garantizar la seguridad del país tras la retirada de las tropas extranjeras.
Tras 20 años de presencia, la OTAN anunció a finales de abril el inicio de la retirada de sus tropas, una medida que abre un periodo de mucha incertidumbre en el país.
Otros contingentes menos importantes, como los de España, Estonia o Dinamarca ya abandonaron la zona.
Según el ejército alemán, 59 de sus soldados murieron desde el inicio de la operación militar, en 2001.
Los últimos militares fueron transportados desde su base de Marmal en Mazâr-e Charîf en dos aviones de transporte alemanes A400 M y dos aparatos estadounidenses C17.
Continuar el «apoyo»
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fijó el 11 de septiembre como fecha límite para la retirada de sus militares, coincidiendo con el vigésimo aniversario de los atentados que llevaron a Washington a derrocar al régimen talibán que albergaba a los yihadistas de Al Qaida.
La retirada se ha acelerado tanto que algunas voces apuntan que podría concluir en julio.
Preguntada este martes por la AFP, la OTAN indicó que «la retirada de (sus) fuerzas se está produciendo de forma ordenada y coordinada». No detalló el calendario.
«Mientras reducimos nuestra presencia militar, seguiremos apoyando a Afganistán, brindando formación y apoyo financiero a las fuerzas de seguridad e instituciones afganas, manteniendo una presencia diplomática en Kabul y financiando el funcionamiento del aeropuerto internacional», agregó una fuente de la alianza.
El Pentágono no ha hecho comentarios sobre el anuncio alemán.
Hasta el inicio de la retirada en mayo, el contingente alemán contaba con unos 1,100 soldados.
En Afganistán, la situación de seguridad se ha deteriorado desde hace unas semanas.
Muchos expertos temen que los insurgentes talibanes recuperen el control del país e impongan un régimen fundamentalista similar al que hubo entre 1996 y 2001.
Los combates causan estragos desde hace días en la provincia de Kunduz entre las fuerzas gubernamentales y los talibanes.
Desde el comienzo de mayo, los talibanes han lanzado varias ofensivas de envergadura en las zonas rurales y han recuperado el control de muchos distritos afganos.
Algunos observadores temen que puedan apoderarse de nuevo de la capital, Kabul, tras la salida de los últimos soldados occidentales.
También se teme por los miles de afganos que trabajaron con las fuerzas internacionales como intérpretes.
Frente a esta incertidumbre, Biden aseguró la semana pasada a su homólogo afgano, Ashraf Ghani, el «apoyo» de su país.
Estados Unidos ha anunciado que está preparando la evacuación de sus intérpretes afganos.
Más de 18,000 afganos y 45,000 familiares directos consiguieron visados y emigraron a Estados Unidos, como parte de un programa para intérpretes, personal de operaciones especiales y aquellos que se han arriesgado trabajando para los estadounidenses.
Pero todavía examina 18,000 solicitudes adicionales.