El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) debería «voluntariamente disolverse» luego de los catastróficos resultados que obtuvo en las recientes elecciones generales, los peores desde su primera participación en comicios, en 1994, consideran analistas políticos.
Los sociólogos René Martínez y Mauricio Rodríguez, así como el politólogo Óscar Martínez Peñate, coinciden en que el partido de izquierda debe ahora cerrar su vida política dando paso a su disolución por cuenta propia tras la debacle en las elecciones celebradas el 4 de febrero y el 3 de marzo pasados.
Martínez usa el «humor negro» cuando habla de la disolución del partido rojo, que en sus tiempos de gloria gobernó a El Salvador durante 10 años consecutivos, controló con sus diputados las votaciones en el congreso y gobernó con sus alcaldes a más de la mitad de la población.
«Ya está disuelto o extinto, lo que no quiere su dirigencia es firmar la partida de defunción», dijo Martínez, quien asegura que la población en las urnas «le mandó un mensaje contundente, lapidario y definitivo al FMLN al decirle: ya no queremos saber nada de ustedes y no les vamos a permitir acceder a ningún cargo público»
Rodríguez, también profesional de la sociología, considera que la derrota en las urnas debe llevar a la dirigencia y miembros del partido rojo a considerar «la desaparición del tinglado de la política, disolverse como instituto político y reorganizarse en otra fuerza política» para participar en futuros eventos electorales.
«El FMLN, como partido de masas que fue en otros tiempos, ya no tiene la fuerza orgánica», dice Rodríguez, recordando que en el pasado reciente este partido logró importantes triunfos en las urnas.
Por su parte, el politólogo Martínez Peñate considera que, tras los desastrosos resultados electorales de febrero y marzo anteriores, ahora «el FMLN es un partido que no tiene existencia en el seno de la población, y en lugar de reorganizarse lo que debe hacer es disolverse completamente, porque es un instrumento político ya quemado».
«El mensaje de la población hacia el FMLN es de rechazo, de repudio, ha ido incrementando, hasta que ahora lo invisibilizó», manifiesta Martínez Peñate, doctor en Ciencias Políticas.
Con las últimas elecciones, los farabundistas pretendían recobrar el Ejecutivo, pero no solo perdió este, sino que no ganó ninguna curul de la Asamblea y no gobernará ni un municipio. En el Parlamento Centroamericano (Parlacen), cuyas decisiones no son vinculantes para los Estados, obtuvo dos diputados.
Óscar Ortiz, secretario general del FMLN, luego de echarle la culpa al Ejecutivo por la derrota electoral y conformarse con ser la segunda fuerza política del país, anunció que habrá «una reestructuración y organización completa».
Eutanasia inmediata
Sobre los planes del partido para su futuro, el expresidente efemelenista y prófugo de la justicia Mauricio Funes señaló recientemente en una columna de opinión publicada por «Diario CoLatino» en su sitio web que, «a juzgar por el estado agónico en que se encuentra el partido, en mi opinión hay que practicar una eutanasia inmediata y comenzar a trabajar en la creación de un nuevo referente partidario».
Agrega que «El FMLN, así como está, ya no tiene ninguna viabilidad».
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