De acuerdo a los nuevas disposiciones se autorizarán los embarques de operaciones que tengan las existencias físicas del grano y los buques designados con fecha estimada de arribo, para dar prioridad a las empresas con ventas acordadas.
En tanto, productores rechazaron los nuevos requisitos administrativos que en la práctica, estiman, ralentizarán los embarques futuros, aquellos aún no acordados.
«Seguir interviniendo y burocratizando los mercados es una pésima señal que trae desconfianza en los productores», señaló este martes Nicolás Pino, presidente de Sociedad Rural Argentina que nuclea a las patronales agrarias.
«Ya lo vivimos desde abril con la carne y ahora con el maíz. Nuestro país necesita que todos podamos trabajar libremente para producir sabiendo que vamos a poder vender», agregó Pino en Twitter.
Argentina es el tercer exportador de maíz y principal proveedor mundial de harina y aceite de soja.
Su economía está azotada por una inflación que acumuló 32,3% entre enero y agosto impulsada por un fuerte aumento en el precio interno de los alimentos que el gobierno intenta mantener a raya.
En 2020 las exportaciones de maíz alcanzaron los 37,03 millones de toneladas por 6.023 millones de dólares. Argentina produjo en 2020 50 millones de toneladas de maíz.
Esta semana se aguarda la publicación de la resolución por la cual se reabren las exportaciones de carne a China, una medida reclamada por las gremiales agrícolas e industriales.
Las exportaciones de carne habían sido suspendidas en mayo pasado para mitigar los aumentos de precios en el mercado interno que se dispararon un 65% en un año y medio de pandemia.
Las restricciones a la exportación de carne se mantendrán para siete cortes considerados básicos en la dieta de los argentinos.
Argentina es el cuarto exportador mundial de carne bovina.