El aumento de los precios se moderó por tercer mes consecutivo en marzo en Argentina, a 11%, pero la inflación se mantiene alta a 287,9% interanual en un contexto de desplome de la actividad económica, informó el viernes el instituto de estadísticas Indec.
La variación del índice de precios al consumidor (IPC) el mes pasado fue menor al 13,2% de febrero y al 20,6% de enero, luego de la erupción inflacionaria de 25,5% de diciembre provocada en buena medida por la devualuación del peso de más de 50%.
La división con mayor alza mensual en marzo, cuando comenzaron las clases, fue educación (52,7%), escoltada por comunicación (15,9%), tarifas de servicios públicos como agua y electricidad (13,3%) y transporte (13%).
«La combinación de ancla fiscal, monetaria y cambiaria, y las medidas que se vienen implementando para desburocratizar el comercio interior y normalizar el comercio exterior, son fundamentales para sostener este sendero de desinflación», escribió el ministro de Economía, Luis Caputo, en la red X.
Anticipándose a un resultado similar, el presidente Javier Milei había dicho a la radio esta semana que cualquier cifra en torno al 10% sería «un gol infernal».
Milei, un economista ultraliberal, gestiona una ambiciosa desregulación de la economía con el fin de alcanzar el «déficit cero» para fin de año.
Pero, según algunos expertos, la desaceleración del ritmo de aumento de los precios no debe ser leída como una mejoría para los argentinos, puesto que está vinculada a la caída del consumo en un contexto recesivo.
– Desplome de la actividad –
«Se siente que en el mercado está habiendo una baja fuerte, muchos clientes nos dicen que no están vendiendo nada, muy poco, y tienen mercadería en stock desde hace muchos meses con baja rotación», contó a la AFP Belén Lo Russo, gerenta de comercio exterior del Taller Baigorria, una metalúrgica familiar que fabrica tornillos y elementos de sujeción sobre todo para el mercado automotor.
«Desde diciembre y enero hemos tenido una caída en las ventas contra los objetivos proyectados del 30%», detalló Lo Russo, quien busca compensar la falta de demanda interna con ventas al exterior.
Su caso no es único: la economía muestra signos de una marcada caída en diversos sectores, dibujando un escenario de «estanflación» (inflación y recesión) que había vaticinado el propio Milei al asumir en diciembre.
En enero, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que prefigura el PIB, registró una caída de 4,3% en la comparación interanual. El indicador de febrero se conocerá en dos semanas.
Con relación a enero de 2023, diez sectores de actividad registraron caídas, entre los que se destacan construcción (-16,9%), pesca (-13,5% ia), intermediación financiera (-12,6%), industria manufacturera (-11,3% ia) y comercio mayorista, minorista y reparaciones (-8,2%).