Mientras que el período de comentarios o r e c omen d a c i o n e s públicas para impedir la separación de familias inmigrantes en la frontera concluyó el pasado 25 de enero, el Gobierno de Joe Biden no ha sido capaz de reunificar con sus padres a más de 1,000 niños que fueron arrebatados durante la aplicación de la política Cero Tolerancia, impulsada por Donald Trump en 2017- 2021.
Fueron 44 días los que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos habilitó para que las organizaciones y personas de la sociedad civil presentaran sus iniciativas; sin embargo, queda en potestad del Ejecutivo si las aplica o no.
A criterio de la directora asociada de programas de Alianza Américas,
Helena Olea, la administración de Biden todavía se encuentra en una curva de aprendizaje respecto a los temas migratorios. Parte de los desafíos es que es necesario cambiar las regulaciones y también la actitud de quienes aplican las reglas, aseguró a «Diario El Salvador». «¿Quiénes son los que trabajan en el Departamento de Seguridad y en las agencias migratorias, incluyendo a la Patrulla Fronteriza?», cuestionó.
«El compromiso de no separar a las familias tiene que haberse plasmado en múltiples políticas», agregó. De acuerdo con el grupo Families Belong Together, más de 5,500 niños fueron separados de sus padres durante el Gobierno de Trump.
Olea señaló que el problema con algunos de los 1,000 niños que todavía se encuentran en albergues o en un hogar sustituto es que no han sido identificados dentro del
sistema o, en otras ocasiones, se perdió por completo el rastro de sus progenitores, quienes, traumatizados y atemorizados a enfrentarse a las autoridades, prefieren darles una mejor vida con la idea de que crezcan en Estados Unidos, explicó.
«Consideran que lo mejor es no reclamar a su hijo porque genuinamente piensan que la única opción de una vida digna y segura es que residan con otra familia en Estados Unidos. Realmente representa el último acto de amor que esos padres hicieron al tomar esa decisión. Es muy doloroso», manifestó.
Si el procedimiento del rastreo de los padres no es posible y los menores se encuentran con una familia potencial, es probable que algunos ya estén en tránsito de adopción o ya hayan sido adoptados, comentó. Esto es en un caso excepcional.
La especialista dijo que la retórica
de Trump, que hizo mucho daño, ha cambiado, pero esta administración tampoco ha cumplido lo que había prometido.
Alianza Américas acompaña con su firma a los miembros que envían los comentarios, que se pueden hacer de diferentes maneras para hacer eco en el Ejecutivo y no volver a esta «horrible» situación. A veces, las posturas se presentan de forma individual, pero otras instituciones optan por emitir una sola carta con el respaldo de miles de organizaciones y así mantener la «esperanza de que se genere un cambio».
Entre los comentarios compartidos a la DHS, las organizaciones en defensa de los inmigrantes plantearon políticas que garanticen siempre la unidad familiar, así como redefinir el concepto del núcleo, ya que no solo se trata de la separación de padres e hijos, sino de hermanos y hasta tíos y sobrinos.
La organización Moms Rising Together se sumó a esta misión y exigió al presidente cinco puntos específicos.
Expandir la definición de familia para incluir a los familiares cercanos y a los tutores que pueden estar viajando con los niños inmigrantes en lugar de sus padres; reunificar a las familias y retornar a Estados Unidos a los padres si han sido deportados; ofrecer protecciones inmediatas contra la detención y deportación, y apoyar un camino hacia la ciudadanía para las familias separadas; llevar a cabo cambios sistémicos que aseguren el fin de las separaciones familiares, incluyendo el uso del Protocolo de Protección al Migrante (MPP) o programa Permanecer en México y el Título 42; por último, indican que las autoridades deben rendir cuentas por lo ocurrido.