El dinero, el sucesor del trueque, es el medio que permite poner valor a bienes y servicios y que sirve como el canal para que las personas puedan adquirirlos. Este, que tradicionalmente se hace tangible en monedas y billetes, también puede expresarse en cualquier tipo de activo que una comunidad acepte para realizar transacciones.
Frente a este razonamiento, y ante la necesaria evolución de los medios de pago que exigía un mundo cambiante y un comercio cada vez más globalizado, fue que en 1983 se empezaron a escuchar los términos «monedas virtuales» o «dinero digital».
En ese abanico de opciones figura el bitcóin. El primero fue creado en 2009, por una persona bajo el seudónimo Satoshi Nakamoto, «con la intención de idear una nueva forma de pago que se pudiera utilizar internacionalmente de manera descentralizada, y sin que tuviera a ninguna institución o entidad financiera por detrás para controlarla», señala el blog financiero Economía Solidaria.
Así, bitcóin y otras criptomoneda, muestran un auge en los últimos años, el cual viene de la mano de la aceleración de la economía digital, es decir, la nueva forma de producción y consumo basada en la introducción de las tecnologías y el Internet y que se representa en la creación de mecanismos para la simplificación de pagos y el aumento del comercio electrónico, entre otros.
Ante este escenario, la adopción del bitcóin como moneda de curso legal en El Salvador a partir de hoy, posiciona al país ante el mundo en la carretera de la evolución del comercio, tal como lo señaló recientemente el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya.
«Esta va a ser una de las mejores opciones para la atracción de inversiones, muchos flujos de efectivo que están siendo invertidos en el extranjero podrán venir al país y ofrecer servicios desde las plataformas digitales basadas en El Salvador», afirmó el funcionario.
«Creo que esto, al fin, nos aporta una ventaja comparativa ante los demás países», agregó Zelaya al tiempo que recordó que la tendencia mundial de comercio se centra cada vez más en la economía digital.
«De hecho todos los bancos centrales ahora están transitando para tratar de buscar su propia cripto; el yuan chino y Estados Unidos ha anunciado que realizará un estudio para buscar la emisión, también, de una criptomoneda», matizó el ministro.
Coinciden con Zelaya, analistas económicos que ven el posicionamiento de las criptomonedas como una de las oportunidades de negocio más prominentes del siglo XXI, dado que permiten el incremento de mercados y las microempresas. Algunos incluso sostienen que no se descarta que en 50 o 100 años el dinero material desaparezca por completo.