Emily Vega es parte de la brigada de censistas del Banco Central de Reserva (BCR) destacados en la comunidad Tutunichapa y ejecuta sus labores con toda tranquilidad gracias al éxito del plan de seguridad del presidente Nayib Bukele ha ejecutado en su primer gobierno.
La joven camina por los pasajes de su segmento asignado en el Censo de Población y Vivienda 2024 sin el temor al acecho de las pandillas o miembros de otras estructuras que antes del régimen de excepción dominaban la zona caracterizada principalmente por la venta de drogas.
Emily relata que cuando le asignaron la populosa comunidad sintió miedo por todo lo que se escuchaba del lugar, sin embargo, el temor solo duró por unas horas debido a que cuando comenzó a desplazarse y encuestar a los habitantes de la «Tutu» percibió el clima de seguridad que rodea la zona por la nula presencia de terroristas o «dealers» (vendedores de drogas) y los constantes patrullajes de los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fuerza Armada.
«Conocemos que la zona anteriormente era muy peligrosa, y sí, la verdad sí me dio mucho miedo, lo admito; pero realmente, al momento de yo venir y ver con mis propios ojos como en realidad es, versus lo que uno piensa que es, no es nada parecido. La gente ha sido muy amable con nosotros», comenta la colaboradora del BCR.
Violeta Eméstica es la supervisora de brigada a la que pertenece Emily y manifiesta que en más de una semana de trabajo en el lugar no reportan ningún inconveniente a pesar de que se mueven en diferentes zonas de la Tutunichapa.
«Que haya mucha seguridad es fabuloso porque a nosotros pues nos permite hacer la tarea mejor y sabemos que podemos ir a cualquier lado, no hay ningún problema, podemos caminar sin ninguna preocupación, a pesar de que en mi grupo la mayoría somos mujeres. La gente nos sale amable, no ha habido ningún rechazo hasta ahora, no hemos tenido ningún problema», detalla Eméstica.
Alejandro Alberto le abrió la puerta al censo y asegura que desde el Gobierno eliminó el control de los grupos delincuenciales en la Tutunichapa, la comunidad se siente mejor y ya no se siente intimidada, ni oprimida en ningún sentido.
El lugareño indica que en tiempos pasados se hubiera necesitado un operativo policial para que los censistas hicieran su trabajo.
«En la actualidad, los jóvenes ya no tienen ningún problema, antes era bien difícil porque golpeaban a los jóvenes, o sea, los maltrataban. Entonces, uno veía esas barbaridades aquí pero no podía decir nada, pero gracias a Dios ya todo cambió y así tiene que ser, pues, porque cuando hay un Gobierno que realmente trabaja para la gente se observa, se ve lo que se hace», puntualizó el habitante.