En un clima de completa seguridad y tranquilidad es como las diferentes brigadas de censistas del Banco Central de Reserva (BCR) llevan a cabo sus labores en el reparto La Campanera del distrito de Soyapango del municipio de San Salvador Este.
Desde hace una semana, los colaboradores del Censo de Población y Vivienda El Salvador 2024, se desplazan con toda tranquilidad en los diferentes pasajes de la urbanización, a la cual el plan de seguridad del presidente, Nayib Bukele, devolvió la paz a través del Plan Control Territorial y el combate frontal a las pandillas.
La estrategia de seguridad empoderó a los lugareños, que por muchos años estuvieron bajo el dominio de la pandilla 18 y era esa estructura quien dictaba las reglas, sin embargo, en la actualidad eso cambió y ahora abren sus puertas, brindan información a los censistas sin el temor de sufrir represalias.
Ayer, 9 de mayo, Claudia Escobar encuestaba en una de las viviendas del pasaje K norte, donde Teresa Rivera le brindó información con toda confianza en un promedio de 40 minutos. Escobar finalizó el cuestionario y dio sus valoraciones a una semana de trabajo en una de las colonias que en el pasado tuvo fama de ser una de las áreas más conflictivas del Área Metropolitana.
«Cuando me dijeron que vendría a La Campanera fue impresionante por todo lo que uno ha escuchado del pasado de este lugar, pero gracias a la labor del presidente ya llevamos dos años que vivimos bajo un sistema total de seguridad, ya estando aquí uno se ubica y anda bien seguro», manifestó la colaboradora del BCR.
La censista agregó que en todo momento ha encontrado patrullajes de policías y soldados, lo que da mayor seguridad. Escobar agregó que los habitantes también dan testimonios de los grandes cambios surgidos gracias a la estrategia del Gobierno.
«Hemos tenido muy buena aceptación por parte de la población, han sido bastante abiertos a dar las respuestas y muchas veces siento que servimos como un paño de lágrimas donde canalizan la tristeza del tiempo que vivieron antes, porque sí, ellos cuentan que antes no podían andar en las tardes ni en la mañana comprando tranquilos por el acecho de las pandillas», cuenta Escobar.
Por su parte, el supervisor de la brigada, Francisco Aguilar, quien tiene a su cargo a Escobar y a otros tres colaboradores de entre 20 a 25 años, manifiesta que se han sentido seguros en las labores, debido a la presencia de los cuerpos de seguridad y la nula presencia de pandilleros y ladrones en la populosa localidad.
Aguilar indica que el plan de seguridad eliminó las fronteras creadas por los grupos terroristas, porque entre sus censistas tiene a tres personas que residen en Las Margaritas y una en Prados 4, que en tiempos pasados jamás hubieran entrado al lugar sin ser víctimas de los mareros.
«No se siente aquello que le van a robar sus pertenencias, que van a atentar contra su vida, al contrario, uno se siente más seguro porque de repente vas caminando en los pasajes y al fondo hay como cinco soldados y uno los saluda. Está más seguro», reiteró Aguilar.
Mateo Recinos, de 22 años, relata que en tiempos pasados hubiera sido imposible trabajar en la zona por el hecho de ser joven y hombre, debido a la persecución que los terroristas le daban a ese sector de la población, sin embargo, ahora agradece que debido a las condiciones de seguridad puede desempeñarse en cualquier zona del país.
«Ahora todo está bien, se ven muchos policías y soldados, uno ya no debe andar preocupándose por una agresión, un asalto, sino que está más atento a realizar bien su trabajo», dice Recinos.