La confianza en la población ha sido uno de los principales logros de la implementación de diversos cercos de seguridad en varias zonas de El Salvador, en las que hace unos años eran las pandillas las que tenían el control.
Lo que parecía imposible hace unos años, como transitar a medianoche sin ser asediado por las maras, se convirtió en realidad. Dichos cercos, además de capturar a los remanentes de pandillas en ciertas zonas, han permitido que las fuerzas de seguridad tomen el control de colonias lo que ha generado confianza y tranquilidad a la población.
En Comasagua, La Libertad; Soyapango, las comunidades Tutunichapa I y La Granjita en San Salvador, y Nueva Concepción, Potonico, San Isidro Labrador, San José Cancasque y San Antonio Los Ranchos, en Chalatenango la población ahora disfruta de un ambiente de paz.
Este modelo de seguridad fue incluido por el Gobierno en la quinta fase del Plan Control Territorial. El presidente Nayib Bukele explicó que se pretendía cercar grandes áreas mientras se hacía la «extracción» de mareros en diversas zonas.
Patrullajes, controles vehiculares y verificación de personas son algunas de las acciones que efectúan las fuerzas de seguridad en estos cercos, acciones que son aprobadas por la población.
Los cercos instalados además de que la población se sienta en paz, han permitido la captura de varios delincuentes a quienes se les ha incautado armas, drogas y otros ilícitos, lo que ha permitido frenar su accionar.
De igual forma, la permanencia de las fuerzas del orden ha permitido que emprendedores hayan iniciado pequeños negocios y que instituciones gubernamentales como el Ministerio de Obras Públicas (MOP), Ministerio de Salud, Fondo Social para la Vivienda, Banco Hipotecario y la Defensoría del Consumidor ofrezcan sus servicios a los pobladores en sus lugares de residencia.
El cerco más reciente ha sido establecido en Chalatensgo Sur y ya permitido capturar a más de 52 pandilleros.