«La masa de hielo continental antártica está desapareciendo. Si ésta desaparece por completo, podemos esperar incrementos violentos en el nivel del mar de hasta 50 metros, lo que implica consecuencias para las sociedades costeras, de las cuales depende casi el 60 por ciento de la población de América» , expresó a Xinhua, vía Zoom desde Dubai, Marcelo Leppe, director del Instituto Antártico Chileno (Inach), ente estatal que coordina, planifica y ejecuta la actividad científica en el territorio chileno antártico.
Olas de calor con temperaturas récord se han registrado recientemente en la Antártida, el lugar más frío y recóndito del mundo.
Pese a su ubicación geográfica polar y tránsito limitado, esta gran porción de hielo, que se creía «prístina y distante», está siendo fuertemente afectada por el calentamiento atmosférico producido por la acumulación de gases de efecto invernadero en el medio ambiente.
En palabras de Leppe, doctor en Ciencias Biológicas, se ha comprobado que la Antártida, el cuarto continente más grande del planeta, «está muy conectado con ‘tentáculos’ a todos los mares del mundo, incluso a regiones que parecen muy alejadas como el Ecuador, e interactuando con eventos climáticos como El Niño o La Niña» .
También se han detectado partículas en suspensión provenientes de los incendios forestales australianos, las cuales viajan más de 6.000 kilómetros en una densa nube de humo levantada por las llamas, según una investigación publicada en 2020 y coordinada por el Inach.
La Antártida, con una superficie de más de 13 millones de kilómetros cuadrados, alberga la mayor depresión de la corteza terrestre, cubierta por miles de metros de hielo.
La prolongación del hielo marino puede llegar a ampliar esta superficie hasta unos 20 millones de kilómetros cuadrados durante el invierno del hemisferio sur.
Sin embargo, el investigador de la Universidad Austral de Chile, Humberto González, señaló a Xinhua, vía Zoom desde Dubai, que las imágenes satelitales muestran «una acumulación de hielo cada vez menor en comparación a su retroceso posterior (en verano), con un promedio de casi 2 millones de kilómetros cuadrados menos que en años anteriores» .
González, académico del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la casa de estudios, señaló que esta última cifra equivale al doble de la superficie de Chile, la totalidad de Argentina o 450 veces el tamaño de Dubai.
De acuerdo con los especialistas, el adelgazamiento del hielo antártico está provocando a su vez la ruptura crítica de la «banquisa» , es decir, la capa congelada flotante formada en los polos que, al partirse, forma «pequeñas lagunas que parecen ojos azules, pero su diagnóstico es nefasto, es como mirar sarampión».
El deshielo de esta «barrera de contención» ha derivado en el deslizamiento de grandes volúmenes de agua dulce glaciar al mar, distorsionando ecosistemas que aún no terminan de ser estudiados en profundidad, pero que han sido calificados entre los más ricos a nivel mundial.
«Algunos colegas están empezando a hablar de esto como ‘tipping points’ (puntos de inflexión), dado que estamos viendo señales muy poderosas de pérdidas importantes. Eso tenemos que comunicarlo para poder tener una buena ley de protección de glaciares, de nuestro océano» , sostuvo González, quien ha enfocado su exposición en la COP28 en el océano austral y la criosfera o superficies de agua en estado sólido en la Tierra, uno de los componentes clave del sistema climático global y su regulación.
Al respecto, Leppe coincidió en que este tema «no puede estar ausente de la ecuación, cualquiera sea el modelo de desarrollo que imaginemos para el futuro, se necesita en primer lugar un compromiso por parte de los tomadores de decisiones».
Chile es la puerta de entrada natural a la Antártida por su cercanía geográfica. Situado a unos 1.000 kilómetros al sur de la región austral de Magallanes, el territorio blanco se conecta al continente americano por mar abierto a través del tormentoso Paso de Drake, con olas de más de 10 metros de altura.
El país sudamericano es además la única vía de ingreso para los equipos científicos extranjeros que se trasladan en avión desde la ciudad sureña de Punta Arenas, con el objetivo de explorar uno de los lugares menos conocidos y solitarios del planeta, con algo más de 200 años de investigación.
«Yo diría que Antártica sigue siendo la última utopía grande de la humanidad. Tiene 63 años de un tratado que protege un continente completo, mientras en otros lugares del mundo hemos tenido disputas para resguardar una isla. Existe un espíritu de colaboración científica muy potente», expresó Leppe sobre la importancia de conservar este territorio.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, visitó recientemente la Antártida en compañía del secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, para evaluar «in situ» los efectos del calentamiento global.
Guterres proclamó desde allí la relevancia de la Antártida para la regulación climática del planeta y mencionó una frase muy utilizada por la comunidad científica para dar a entender su influencia en el resto del mundo: «lo que ocurre en la Antártida, no se queda en la Antártida», alertó.