Cihuatán, el sitio arqueológico ubicado en Aguilares, es considerado uno de los mayores sitios arqueológicos de El Salvador. Según investigaciones realizadas, fue fundada por el año 900 d.C., es decir luego del Colapso Maya (el abandono de la mayoría de los asentamientos de la región entre los años 800 y 900 después de Cristo).
De Cihuatán se manejan tres teorías sobre sus pobladores: La primera, se cree que fueron antepasados de los pipiles históricos, quienes, para tiempos de la Conquista española, ocupaban esta región. La segunda, que fue una ciudad establecida por un grupo mexicano diferente y que su destrucción se debió a otra oleada de inmigrantes y la tercera, que fue un grupo étnico local que experimentó fuertes cambios en su forma de vida hacia principios del siglo IX d.C. por influencia mexicana.
Las investigaciones también señalan que el sitio arqueológico terminó en fuego y quema general, ya que en los templos y casas se ha encontrado escombros. Según fechas de radiocarbono realizado, esto ocurrió por el año 1100 d.C. No se sabe a ciencia cierta qué pasó en el lugar, pero hay indicios que hubo una posible guerra debido a las puntas de flecha encontrada entre los escombros. Si hay algo seguro es que posterior a su destrucción no se volvió a ocupar ya que no hay evidencia.
La zona monumental de Cihuatán se dividió dos partes: La Acrópolis o Centro Ceremonial Oriente, el cual a simple vista no logra observarse debido a que se encuentra sin excavar, pero logra verse una colina que los antiguos habitantes convirtieron en una gran escalinata de 30 metros de ancho que daba acceso al Palacio Real de los Señores de Cihuatán, donde residía la familia del gobernante, se celebraban audiencias y se acudía mensualmente para pagar un tributo. Este palacio fue descubierto en 2005 por el investigador Paul Amaroli.
Hace más de cuatro décadas, Stanley Boggs también investigó una plataforma pequeña al sur de la Acrópolis, donde se había depositado alrededor de 1,000 libras de fragmentos de cerámica, incluyendo incensarios espigados y la famosa figurilla de un perro con ruedas. También se encontró el entierro de una mujer joven junto con un perro y decenas de copas miniaturas.
La otra parte es el Centro Ceremonial o Centro Ceremonia Poniente, donde se ha realizado la mayoría de investigaciones por parte de los arqueólogos. Esta zona tiene aproximadamente 40 manzanas de extensión. En ella se encuentran pirámides y estructuras que fueron construidas con piedras y un relleno de tierra, con un fino acabado de bloques y talpetate.
Este Centro Ceremonial tiene un recinto amurallado donde sobresale la pirámide principal y la plaza frente a esta pirámide probablemente fue el lugar para mercados y festivales.
Todo el centro monumental de Cihuatán, (la Acrópolis y el Centro Ceremonial) estaba rodeado por casas comunes. Las investigaciones realizadas en una cuarta parte de la zona residencial arrojan un aproximado de 1200 rasgos con posibles estructuras. Las casas al parecer tenían una base rectangular sobre las que se construían paredes de bahareque y sus techos eran de paja.
Pero no todo rastro encontrado eran casas, algunas eran terrazas, bodegas, temazcales, entre otro, sin embargo, es difícil asegurarlo debido a los pocos y deficientes insumos encontrados y los daños ocasionados por las actividades agrícolas que han borrado huellas.
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