Los 11 fondos cotizados (ETF) al contado de bitcóin que aprobó el pasado 10 de enero la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) negociaron $9,683.96 millones en tres días, según datos publicados por los mercados.
Los dos fondos con más movimiento fueron el Grayscale Bitcoin Trust BTC (GBTC), que llegó a los $5,129 millones, y el iShares Bitcoin Trust de BlackRock que sumó $1,995 millones.
Grayscale se ha convertido en el ETF de bitcoin con más volumen. Cabe destacar que dicho producto ha existido en una estructura fiduciaria desde 2013 y tenía una ventaja inicial de casi $27,000 millones en tamaño de activos.
El analista senior de ETF para el medio especializado Bloomberg, Eric Balchunas, afirmó en una publicación en la red social «X» que ese volumen resulta casi un hito en la historia de los ETF, pues usualmente los fondos que siguen otros «commodities» como el oro u otros productos luchan fuertemente por alcanzar esos números.
«Permítanme poner en contexto lo loco que es un volumen de $10,000 millones en los primeros 3 días. Se lanzaron 500 ETF en 2023, y hoy dichos productos generaron un volumen combinado de $450 millones; el mejor ganó $45 millones y muchos han tenido meses para ponerse en marcha. iShares Bitcoin Trust (BlackRock) por sí solo está viendo más actividad que toda la promoción de primer año del 2023», indicó Balchunas.
Los ETF son productos de inversión que replican la valoración de un activo, como pueden ser las materias primas, una divisa o un bono. A partir del año 2,000 se popularizaron porque la gente podía invertir en ellos para imitar el precio del oro o el petróleo.
¿Cómo funcionan los ETF de bitcoin?
Los ETF al contado son un fondo que reúne valores asociados al universo del bitcóin, y cuyo rendimiento está por lo tanto vinculado a la evolución de esta criptomoneda. Esto permite a los inversores tratar de beneficiarse de la criptodivisa sin comprarla directamente.
En la práctica, los interesados llevan su capital en moneda fiduciaria a las empresas dueñas de los fondos, estas compran el bitcóin y otorgan una serie de acciones a los inversionistas que equivalen a la tenencia del criptoactivo. El fondo seguirá el rumbo de bitcóin, pero las personas o compañías no habrán invertido directamente en el activo digital.