El 2020 por fin terminó, pero muchos de los problemas por los que atravesamos en ese caótico y catastrófico año aún se mantienen. El 2021 ya comenzó y todos tenemos esperanza de que sea mejor, la realidad aún nos dice a gritos que muchas de las situaciones que nos afectaron en 2020 permanecerán por un buen tiempo más.
En este contexto, la importancia de la salud física ha cobrado un nuevo valor, posicionándose como un aspecto vital para nuestra vida. Sin embargo, en detrimento de esto, la atención a la salud mental ha ido quedando relegada, aún más de lo que normalmente suele estar en una sociedad que presta muy poca atención a su bienestar emocional.
Resaca psicológica de 2020
Para Carlos Marcel Weil, psicólogo y docente universitario, todo lo vivido en 2020 equivale a un «período de duelo» que se extendió a muchos aspectos de nuestra vida. «Todo (2020) equivale a un proceso de duelo, un duelo social. Es un duelo que se ha visto alterado y que no se ha vivido tradicionalmente como tiene que ser. Las pérdidas están ahí tanto a nivel social como familiar», explica.
Este duelo que significó el 2020 se vuelve mucho más notorio y peligroso para la salud mental de toda la sociedad salvadoreña, una que, a juicio de Irma Ruíz, psicóloga clínico-educativo, tiene muchas cicatrices emocionales que ha decidido olvidar, a pesar de que «la salud mental es el sostén de la salud física».
«Debemos reconocer que todo el bagaje que tenemos de la historia de la guerra en nuestra sociedad nos ha dejado secuelas emocionales. No hemos sanado nuestra salud mental. La salud mental es el sostén de la salud física. Las enfermedades son el producto de la falta de salud mental», señala.
Pero, ¿cómo puedo reconocer que mi salud mental no está bien?
Para Ruíz, hay señales claras que nos permiten identificar nuestra necesidad de ayuda psicológica. Además, señala que si estas situaciones persisten por más de tres semanas es una alerta contundente de que necesitamos atención emocional con urgencia, ya que un desequilibrio emocional puede derivar en uno físico.
«Todo (2020) equivale a un proceso de duelo, un duelo social. Es un duelo que se ha visto alterado y que no se ha vivido tradicionalmente como tiene que ser. Las pérdidas están ahí tanto a nivel social como familiar»
Carlos Weil, psicólogo y docente universitario.
«Algunas señales son: irritabilidad constante, mal humor, nerviosismo, presencia de tics nerviosos en el cuerpo, insomnio, emociones alteradas o cambiantes, la sensación de que no se logra un verdadero descanso, compulsión por permanecer en constante trabajo o casos de trastornos del comportamiento alimenticio», aseguró.
Además, Ruíz señala cómo, a raíz de lo sucedido en todo el año 2020, se han disparado los casos de trastornos del comportamiento alimenticio y los intentos de suicidio, que son puntos a los que se puede llegar cuando la atención emocional y psicológica no se realiza de manera oportuna.
Ambos especialistas concuerdan al señalar que el 2020 dejó secuelas en todos sin importar la edad. Desde los más pequeños, pasando por los más jóvenes y llegando a los adultos, los problemas que trajo consigo el año pasado nos han afectado a todos, más allá de si han dejado la misma gravedad de heridas emocionales o no.
«El adolescente ha perdido su contacto vital que es el intercambio social. Eso es clave para los seres humanos. Eso provoca estrés y altera la salud mental», comenta Ruíz. «Algunas personas se vieron derrotadas y se incapacitaron mucho ante la crisis. Han sido golpes demasiado profundos que han afectado, incluso, la convivencia dentro de las familias», agregó Weil.
Entonces, ¿qué debo hacer para mejorar mi salud mental?
Una vez sabemos cuáles son las señales que nos indican que nuestra vida emocional y mental está siendo afectada, es necesario proceder a tomar medidas claras para solucionarlo. Ruiz es enfática al señalar que el primer paso es reconocer que se necesita ayuda y que hay algo que no está funcionando dentro de nosotros.
«Algunas señales son: irritabilidad constante, mal humor, nerviosismo, presencia de tics nerviosos en el cuerpo, insomnio, emociones alteradas o cambiantes, la sensación de que no se logra un verdadero descanso, compulsión por permanecer en constante trabajo o casos de trastornos del comportamiento alimenticio»
Irma Ruíz, psicóloga clínico-educativa.
«Lo primero es que debemos reconocer la urgencia de atender nuestra salud mental. Somos una bomba de tiempo como pueblo. Si algunas o todas las señales que ya mencionamos permanecen por más de tres semanas, entonces debemos pedir ayuda inmediatamente. No podemos dejar pasar demasiado tiempo», explica la experta.
Para Ruíz, es clave no perder de vista que, con la situación actual, muchos padres tendrán que regresar a sus labores y dejar a sus hijos solos en casa, ya que el sistema educativo aún recurrirá a su formato virtual debido a la presencia de la pandemia en El Salvador. Por ello, la experta considera esencial el involucramiento de los padres de familia en el proceso de prevención y cuido de la salud mental de sus hijos.
«Los padres deben de ordenar la vida de sus hijos, estructurarla, hacer horarios, planificar el día, no dejarlos al libre albedrío las 24 horas. No están de vacaciones. Ya van a volver a estudiar. La educación continúa. Es importante crear hábitos y, al menos, tener un adulto que los supervise. Tienen que educarlos en horarios», señala.
«Si algunas o todas las señales que ya mencionamos permanecen por más de tres semanas, entonces debemos pedir ayuda inmediatamente. No podemos dejar pasar demasiado tiempo»
Irma Ruíz, psicóloga clínico-educativa.
Por su parte, Weil expresa que una de las cosas que puede ayudar a manejar toda la situación de la salud emocional en este tiempo son los grupos de ayuda entre familiares y amigos, ya que en la colectividad puede existir el espacio para poder desahogar y liberar el estrés que se almacena producto de la situación de vida que enfrentamos.
«Es una crisis y lo fundamental aquí es saber pedir ayuda. Se puede identificar y desarrollar una red de apoyo familiar. Es como hacer un pequeño de diagnóstico de nuestras vidas. Ahora que empieza el 2021 deberíamos tener la capacidad de poder pedir ayuda y diagnostica un poco como está nuestra situación para saber cómo hemos quedado después de 2020», explicó.