En primer lugar, ¿cómo reconocer una conmoción, es decir, una lesión cerebral?
Un jugador debe salir del terreno de juego de forma inmediata si presenta uno de los signos o síntomas siguientes: convulsiones, pérdida de conocimiento, problemas de equilibrio o mala coordinación, confusión, desorientación, mirada vacía, modificación del comportamiento, etc.
Un jugador tumbado, al que le cuesta levantarse o se sujeta la cabeza, o que afirme tener dolor de cabeza, náuseas, problemas de visión o sensibilidad anormal a la luz o al ruido, también puede haber sufrido una conmoción.
Una vez haya abandonado el terreno de juego, el jugador debe someterse al protocolo HIA («head injury assessment», ‘evaluación de lesión en la cabeza), «dirigida a contribuir a la identificación, diagnóstico y tratamiento de los impactos en la cabeza con riesgo de conmoción cerebral», que se desarrolla en tres etapas.
Durante la primera (HIA1), el jugador es sometido a un examen fuera de el terreno de juego de una duración de doce minutos, que incluye especialmente un análisis del vídeo de la acción en la que se vio implicado, así como un examen clínico realizado por el médico del club o por otro especialista independiente.
Se le pedirá que «recite en tres ocasiones una lista aleatoria de diez palabras, que realice test de equilibrio, responda a preguntas sobre el partido que se está disputando y sus síntomas o que diga al revés varias cifras», precisa el doctor Emmanuel Reboursière, supervisor médico del Mundial-2023.
Esos datos son comparados en una base existente sobre cada jugador, incluyendo «el histórico de sus conmociones», añade, lo que permite al médico establecer una evaluación, y decidir si el jugador puede regresar al terreno de juego o no.
La segunda etapa, o HIA2, consiste en un examen médico precoz tres horas después del final del partido, aunque el HIA1 se haya revelado negativo, para determinar la evolución clínica del jugador.
Por último, la última (HIA3) se realiza luego de dos noches de reposo (36 a 48 horas después del impacto en la cabeza) para detectar los casos de «conmoción de expresión tardía».
Un jugador conmocionado debe, en todo caso, esperar doce días antes de regresar a los terrenos de juego.